En el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC), centro mixto dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Universidad de Castilla–La Mancha (UCLM) y la Junta de Comunidades, estudian ya las muestras del Hospital General de Ciudad Real con las que se quiere arrojar luz sobre la grave infección que provoca el coronavirus COVID-19, cuyos primeros casos fueron diagnosticados en Ciudad Real a primeros del mes de marzo, pero que pudo estar conviviendo entre nosotros desde varios meses antes.
Al menos este es el objetivo del Estudio Restrospectivo puesto en marcha y mediante el que se van a analizar 1.131 muestras, hisoponasofaríngeas, de pacientes de la provincia de Ciudad Real que presentaron sintomatología compatible con la gripe entre los meses de enero y febrero. En estas fechas, las muestras de los pacientes con estos síntomas eran enviadas al Instituto de la Salud Carlos III y diagnosticadas como gripe A. Sin embargo, al ser detectados los primeros casos de COVI-19 cambiaron los protocolos de análisis.
Caracterización molecular
A las muestras tomadas entonces y guardadas hasta ahora en el hospital de Ciudad Real se les hará una prueba PCR para detectar si el virus más mortífero de los últimos tiempos ya circulaba por la provincia a primeros de año y, de ser descubierta su existencia en esas fechas, se realizará un estudio de ”caracterización molecular”. El objetivo principal es detectarlo y después comprobar qué diferencias hay entre aquéllos primeros virus circulantes y los que hay ahora, explica a este digital la investigadora, Isabel García Fernández de Mera, responsable del estudio que se lleva a cabo en colaboración con el Hospital General de Ciudad Real (HGCR).
“Cuando tengamos los datos positivos de los análisis caracterizaremos genéticamente el virus, secuenciaremos su genoma completo o, si no hay suficiente material genético, iremos a determinados fragmentos para identificarlos y poderlos comparar con las muestras positivas que tenemos ahora”, aclara esta bióloga torralbeña, afincada en Malagón.
Los resultados no solo aportarán información sobre el tiempo que el COVID-19 lleva entre nosotros sino que sus características específicas pueden aportar datos sobre si, por ejemplo, estamos, o no, en una segunda ola de la grave infección que provoca en la población. Para la investigadora responsable del proyecto, con este estudio “se trata de avanzar en investigación y tener más datos de este coronavirus del que se conoce todavía muy poco”.
Las muestras
Inicialmente estaba previsto que sólo 800 muestras de pacientes de los meses de enero y febrero -400 de cada uno- formaran parte del estudio aunque finamente esta cantidad fue ampliada hasta las a 1.131 tras conocerse los resultados de otro proyecto de análisis de muestras ambientales en lugares de afluencia de gatos, en el mes de diciembre.
“Luego en vez de plantear 800 muestras, ampliamos porque hay probabilidades de que haya detección. Al tener hallazgos de muestras ambientales, nos hace sospechar que vamos a detectar. Y esta es la razón por la que se amplió el número de muestras para analizar”, argumenta Isabel García.
No obstante, los resultados de este estudio podrían dar pie a otro interesante proyecto posterior si se aprovecha la información que aportarán las pruebas positivas y así poder identificar, de forma molecuar, los distintos brotes de este coronavirus que han afectado a la provincia y la procedencia de cada uno de ellos. Sin embargo, este proyecto no está en marcha.
En este sentido, recordar que cuando aumentaron los casos de COVID-19 en la provincia las autoridades sanitarias tenían identificada la diferencia entre unos brotes y otros y su relación con la movilidad en distintos lugares de la provincia. “Luego es posible que hubiera diferentes brotes con distinta procedencia y trataríamos de caracterizar la forma molecular de cada uno, algo que nos aportaría mucha información”, explica la investigadora responsable del proyecto.
Colaboración y financiación
El estudio, financiado por la Universidad de Castilla.-La Mancha a través de los fondos de mecenazgo, no hubiera sido posible sin el visto bueno del Hospital General de Ciudad Real, concretamente del Comité de Ética, y sin los grupos de trabajo que colaboran con la institución académica a través de la Facultad de Medicina. En este caso, es el laboratorio de Microbiología quien trabaja conjuntamente con la investigadora impulsora de este trabajo.
El IREC tiene en marcha otros proyectos de investigación, con muestras ambientales de aguas, de superficies, de zonas de mucho contacto o de viviendas en las que ha habido infectados. Parte de la financiación de la que dispone este centro está siendo invertida en detectar virus circulantes y cuando los resultados son positivo la información que aporta es muy valiosa para conocer la cantidad de virus que hay circulando.
Para llevar a cabo el trabajo, el IREC aporta una parte del material del que dispone y ahora está a la espera de recibir financiación adicional del fondo de mecenazgo (#UCLMcontraCOVID-19) que la UCLM puso en marcha a finales del pasado mes de marzo para que para que la sociedad se sumara a las iniciativas solidarias que impulsaba la comunidad universitaria.
Tres lineas de colaboración
Con el Hospital General Universitario de Ciudad Real, el IREC tiene en marcha dos lineas más de colaboración además de este Estudio Retrospectivo que está enmarcado en las actividades de diagnóstico de la UCLM.
Un segundo estudio trata de detectar anticuerpos frente al SAR-CoV-2 (COVID-19) en la saliva en lugar de en sangre y un tercero analizará determinados marcadores en pacientes en función de la gravedad de su cuadro clínico.
Según explica a este digital, Christian Gortázar, jefe del Grupo Sabio ( Sanidad y Biotecnología) del IREC, al que también pertenece la investigadora Isabel García, en este tercer estudio el objetivo es establecer una comparativa entre tres niveles de gravedad: personas infectadas que no han necesitado hospitalización, quienes si la han necesitado y aquéllas otras que han estado en cuidados intensivos.
Los tres proyectos está previsto que salgan adelante con fondos de un proyecto regional (marcadores), con una propuesta presentada al Centro de para el Desarrollo Tecnológico Industrial (saliva) y la propia Universidad, en el caso del Retrospectivo cuyos resultados podrían conocerse en unos meses.
Estudios que lleva a cabo el IREC