Unión de Uniones denuncia los efectos que la inmovilización del ganado ovino y caprino en la región tendrá.
En una nota, advierten de “la imposibilidad de seguir con el cebo” en los cebaderos, que provocará “la ruptura de su cadena” y provocará, en muchos casos, “el cierre irreversible de los mismos”.
Otro problema, según la organización agraria, es que el ganado destinado a vida “se ve abocado a permanecer en la explotación de origen”. Así, “ganaderos que deseaban abandonar la actividad o reducir su cabaña, deben hacer frente a la alimentación de un ganado que en muchos casos ya no es suyo, puesto que está vendido”.
Recuerdan el año “especialmente duro”, en el que “no hay nada de comida en el campo”, y hay que alimentar a los animales “a base de piensos y forrajes”, que “están caros”.
“También perjudica a los que compraron o desean comprar ese ganado para iniciar la actividad o ampliar su explotación”, señalan y agregan que “otro problema surgido es la negativa de los seguros a hacerse cargo de la retirada e incineración de explotaciones completas, posibilidad que cabe, pues si entrara la enfermedad en una, se sacrifica toda la cabaña”.
Respecto a las palabras del consejero de Agricultura, Francisco Martínez Arroyo, sobre que no existen problemas con la retirada de leche hacia la industria láctea, “esto es una fuente de contagio puesto que el camión que recoge debe ir de una explotación a otra para realizar la recogida sirviendo de elemento de transmisión del virus”.
En al misma tesitura se encuentra, según explica, “el camión de recogida de cadáveres se encuentra en circunstancias similares. Si acude a una explotación en la que recoge un animal muerto, puede darse el caso de que estés extendiendo la enfermedad cuando acude a la siguiente explotación.
Por todo esto, según Unión de Uniones, “la Consejería también debería hacerse cargo de suplir económicamente donde no lleguen los seguros”.
“Es más grave aún, a su juicio, cuando en varias comarcas se venía de una inmovilización debida a la lengua azul, con lo cual vamos a superponer varios periodos de inmovilización, puesto que cuando teóricamente acaba este, llegará la primavera y empezará de nuevo la inmovilización por la lengua azul”.
Par la entidad, “es responsabilidad de la Consejería de Agricultura velar por la sanidad animal, y porque este tipo de enfermedades no entren en la región”. “Sería de esperar que el mismo celo mostrado para frenar el avance del virus dentro de la región, se hubiera visto para evitar que llegase a ella”, han agregado, para sostener a renglón seguido que “la Consejería demuestra que solo sirve para acudir a apagar fuegos, ni para prevenirlos”.
Por ello, esperan que “se establezcan ayudas con carácter inmediato para la ganadería ovina y caprina”.