Durante el pasado mes de agosto fueron 606 los autónomos que disminuyeron en el Registro Especial del Trabajo Autónomo (RETA) en Castilla-La Mancha, hasta quedar en 149.352 los inscritos, “con especial incidencia de la mortandad de pequeños comercios, el parón vacacional en la construcción y que no se ha iniciado el curso escolar”, como ha destacado el secretario general de UPTA CLM, Cesar García.
De este modo, Comercio, Construcción y Educación son los sectores que han marcado el retroceso del número de trabajadores autónomos durante el mes de agosto en la región, según el responsable regional de UPTA.
Por provincias, solo la de Cuenca ha registrado un saldo positivo en la evolución del trabajo por cuenta propia durante el mes de agosto, con un incremento de dos autónomos en su censo. Por el contrario, la provincia de Albacete ha perdido 228 trabajadores por cuenta propia, seguida de Toledo con 189 autónomos menos, Ciudad Real con 103 trabajadores autónomos menos y Guadalajara que ha pedido 88 trabajadores por cuenta propia.
Para el responsable de UPTA en Castilla-La Mancha, la “aceleración en la destrucción del pequeño comercio es un hecho palpable que ya nadie puede negar, la tremenda competencia del E-comercio está hundiendo al comercio tradicional”, por lo que “es urgente establecer un plan nacional de dinamización comercial, ya que necesitamos dotar, al mayor generador de empleo por cuenta propia y ajena, de las herramientas necesarias para poder adaptarse a las exigencias del nuevo modelo de consumo”.
“Es necesario parar la implantación masiva de negocios low-cost”, ha explicado Casar García, para quien “es pernicioso para el comercio tradicional el efecto de la actividad de aquellas personas que acceden al mercado eligiendo el autoempleo a través de bonificaciones a la Seguridad Social pero sin ningún tipo de experiencia profesional ni formativa, y que, ante la desesperación por los resultados de su actividad, sólo encuentran en la bajada de precios un efímero aliado”.
El secretario general de UPTA CLM ha insistido en que “el problema es más acuciante aún en la hostelería, puesto que en muchas ocasiones esta situación se acompaña de un deterioro y perdida de la calidad en el servicio, contagiando a la zona donde se encuentra el establecimiento y deteriorando por tanto el reclamo turístico”.
Por comunidades autónomas, Castilla-La Mancha no es la que peor evolución registra en España, donde sobresale la caída de trabajadores experimentada en Madrid y Cataluña con casi el 40% de las bajas que se han producido este recién finalizado mes de agosto.