Curro, Cósmic y Caramelo, los tres pollos de lechuza nacidos en esta primavera del confinamiento en el parque nacional de Cabañeros, ya están anillados y registrados. Dentro de poco volarán solos y el parque les ha proporcionado su ‘DNI’ para el futuro, cuando abandonen el nido de la Casa Palillos en el que han pasado los tres extraños últimos meses, los primeros de su vida.
Son los supervivientes de la eclosión de ocho huevos esta temporada, algo frecuente en este tipo de aves, “su estrategia es poner muchos huevos a ver cuántos consiguen criar”, explica Ángel Gómez, el director del parque.
Cabañeros sigue cerrado al público
La jornada de anillamiento, con la colaboración del ornitólogo José Manuel Hernández, se hizo el jueves, y con el personal imprescindible del parque nacional, que mantiene sus instalaciones cerradas al público hasta que sigamos avanzando en la desescalada.
Normalmente este anillamiento es una especie de fiesta con escolares, que no ha podido ser este año. No obstante el nido de lechuza, que se puede seguir por webcam desde primeros de abril, ha sido uno de los atractivos del parque nacional en las redes sociales en estos meses de cuarentena por la crisis del coronavirus.
La cría de las lechuzas, rapaces que devoran decenas de ratoncitos cada noche, ha dado hasta para un concurso de dibujo y de nombre a los pollos, ya muy crecidos como se ve en las fotografías.
700 ratones esta temporada
La lechuza común, una de las rapaces amenazadas de la fauna ibérica que llegó a ser ‘ave del año’ en 2018 para SEO/BirdLife, tiene hasta sus forofos que han llegado a calcular los ratones que han cazado en esta temporada de cría pasa alimentar a su familia: 700.
La mortandad de este año solo se explica por los temporales de lluvia y bajas temperaturas del mes de abril.