La gente va “al día” y espera en muchos casos hasta última hora para saber si va a poder desplazarse no vaya a ser que dé positivo en las pruebas del Covid o surja algún contagio en la escuela o el trabajo, factores que están influyendo en cómo se realizan las reservas en las casas rurales, las cuales están “trabajando bien” en este puente.
Las reservas antes se hacían con varios meses de antelación, pero ahora es todo más inmediato, de una semana o unos días antes, comenta Vanesa Cabello, de El Mirador de Ruidera, donde se ha cubierto el cien por cien de la ocupación pero “con reservas de ultimísima hora. De hecho la misma mañana del sábado estaban llamando”.
“Antes trabajábamos con un planning de mucha anticipación”, pero la dinámica ha cambiado por la incertidumbre del momento, comenta Cabello, que indica que el confinamiento en Madrid “se nota” hasta el punto de que hubo anulaciones de reservas realizadas desde la capital del país para este puente que finalmente han cubierto con clientes de Levante.
Para la próxima semana aún no tienen reservas, “vacío”. Será “a mitad de semana cuando empiecen a llamar para el fin de semana”, estima, aunque cree que no se llegará al cien por cien de este puente. El Covid ha traído “desasosiego” por las previsiones que se caen y una planificación del trabajo “más impredecible” pero el sector ha estado “funcionando bien” durante el verano porque la gente va buscando campo, montaña, espacios al aire libre y en el Parque de las Lagunas de Ruidera “hay posibilidades de hacer muchas cosas”.
Grupos más pequeños, de familiares convivientes y amigos muy cercanos, está percibiendo que están acudiendo a las casas rurales María del Mar Sanz González, de Los Jabones, de El Robledo, que indica que “antes venían grupos más grandes”. Ahora, “si pueden venir ocho” a veces tan sólo “vienen cinco”, comenta la responsable de tres casas rurales, que también ha percibido que la gente prevé más “de un día para otro. Este sábado me han llamado no sé cuántas personas y ya lo tenía lleno desde hace bastante tiempo” con clientes de Castellón, Córdoba y Daimiel
Incertidumbre
La dinámica ha cambiado, ahora se toma la decisión de forma más inmediata: ‘Que estamos bien, pues venga, vámonos” a una casa rural, expone Sanz, que se congratula por haber “salvado este puente”, pero de aquí en adelante ve “incertidumbre”. En otros años, ya estaría “medio cogido Nochebuena, el puente de diciembre, la Almudena,… Me están llamando para el fin de semana del 1 de noviembre que prevén que posiblemente esté todo ya mejor”, pero todavía no hay reservado “casi nada” hasta final de año y estima que puede afectar el confinamiento de Madrid, de donde proceden sus clientes en más de un ochenta por ciento cuando se trata de fines de semana de tan sólo dos días.
También el cartel de ‘lleno’ luce el complejo de tres casas rurales de El Rincón de Cabañeros, en Retuerta del Bullaque, pero no para los tres días del puente, sino para dos.
El verano ha funcionado “genial” y este puente se está dando “bastante bien”, aunque “no es como otros años que han estado el doble de días, hasta cuatro”, esgrime Rosario Pavón, que cree que se debe a la economía ya que, ante la zozobra y dudas de estos momentos, a “la gente le da miedo gastar”. Pese a que muchos de sus clientes “siempre han sido madrileños, este verano y ahora no, son de aquí, de cerquita, de las provincias de Toledo y Ciudad Real”, comenta Pavón, para quien el sector ha tenido una buena actividad porque la gente “va huyendo del coronavirus y en las casas rurales, donde sólo convives con la gente con la que vienes”, tienes una sensación de seguridad, es el “refugio perfecto”.
Eclosión y ‘cero patatero’
A Feli Carneros, de Casa Rural Crisalva y El Capricho de Andrea, en Granátula de Calatrava, se le ha caído el alquiler de una de las casas en este puente ya que la tenía preparada para clientes de Madrid y, a última hora, por el confinamiento en la capital del país, le llegó la anulación de la reserva. Eso sí, en el verano se produjo una “eclosión” de la demanda con estancias más prolongadas. Todos los veranos “los tenemos completos” pero éste ha sido como “una marcha diferente” con llamadas constantes para reservarlas.
El verano, así mismo, ha sido bueno, aunque similar a otros años porque tiene muchos clientes habituales y otros que vienen de parte de ellos, en Casa de Pacas, en Bolaños de Calatrava, pero luego “cero patatero”, primero con el confinamiento de la localidad bolañega en septiembre y luego la anulación para este puente de una reserva que tenía de Madrid a causa de su confinamiento. “Nos ha tocado la lotería pero al revés, el primer premio y el segundo, los dos”, comenta con buen humor, pese a todo, Paqui Almansa.
Ocupación hotelera
En cuanto a la ocupación hotelera en Ciudad Real capital, el descenso es generalizado con hoteles que el pasado año estaban al cien por cien y este sábado se encontraban en el sesenta o cincuenta por ciento. La procedencia está muy repartida, bastantes de Levante y Extremadura, así como de Andalucía y País Vasco, y también de otras localidades de la provincia, con pocos madrileños por lo que se estima que el confinamiento de la capital del país va a afectar en unos datos en los que tiene especial incidencia que no se realicen viajes de grandes grupos de personas como los de la tercera edad que suelen ser habituales en este puente.