“Contentísimos” están los chavales con el regreso a las aulas después de tantos meses sin ver a sus amigos y también “muy concienciados” sobre lo que deben hacer como llevar siempre la mascarilla, no cambiársela con otros compañeros, no intercambiar material escolar, no abrazarse, mantener la distancia y lavarse a menudo las manos.
“Tienen ganas de estar con sus compañeros, llevan mucho tiempo sin verlos”, comentó Ana, que dejó esta mañana a las puertas del Jorge Manrique a su hija Alexia que empieza 5º de Primaria. “Las madres estamos más preocupadas”, pero los escolares no, tienen ilusión por comenzar de nuevo las clases aunque se trate de un año bastante diferente con un buen número de medidas nuevas, apreció.
Doble ración de cola-cao se ha tomado esta mañana Cristina, de 12 años, que empieza 6º y que reconoce que tenía ganas de volver al colegio sobre todo para reencontrarse con sus compañeros con los que ha conversado durante la primavera del confinamiento y el verano a través del móvil. La temperatura, 36 grados, “todo perfecto”, se la tomó por la mañana su padre, Ángel, que reconoció que hay inquietud en el inicio del curso ya que aún es una “incógnita” cómo se desarrollará todo. “Mucho crío junto” y las mascarillas pueden convertirse en “un estorbo, todo el día con ella puestas. Así que ya veremos si esto funciona bien o tenemos que volver a casa otra vez”.
Quien no ha necesitado suplemento de energía en el desayuno ha sido Eugenio y eso que suma a los hándicaps de este atípico inicio del curso escolar el de cambiar de centro, desde Corral de Calatrava hasta el Jorge Manrique de la capital ciudarrealeña. “Viene concienciado, sabe que tiene que ser precavido, pero está más con el tema de que empieza de cero, se trata de un colegio nuevo” y aún no conoce a sus compañeros, apreció su madre, Esperanza, que reconoció que hay “un poco de incertidumbre”, pero los colegios se abren con medidas de seguridad y los niños tienen que continuar con su formación.
“En la vida hay que arriesgarse, quien no arriesga no gana”, comenta otra madre, dando ánimos en un primer día de clase en el que hay algo de nerviosismo, por parte de “los chicos también”, con el deseo de que todo salga bien.
Se trata de un curso con muchas medidas nuevas, las mesas están separadas y, por ejemplo, no se pueden aplicar herramientas de aprendizaje cooperativo en el que todo se compartía y se hacía en grupo, señaló Beatriz, profesora de 2º, que resaltó que, pese a las dudas e incógnitas que pueda haber sobre lo que sucederá en los próximos meses, los docentes deben transmitir tranquilidad y seguridad a los chavales, los cuales “seguro que lo van a hacer bien” ya que están “muy concienciados” y tenían, desde marzo en casa, “muchísimas ganas de volver al cole y ver a sus amigos”.