Por cuidar de los ciudadanos ante una amenaza tan potente y dañina como el coronavirus, los balcones de la calle del Espino, así como de las dos Pedrera, la Alta y la Baja, se llenaron de ciudarrealeaños a las ocho para aplaudir a los sanitarios que lo están ‘dando todo’ para frenar la pandemia.
Llevan ya tres semanas reencontrándose con sus vecinos de al lado, de enfrente, incluso de arriba y abajo a los que sienten por sus aplausos y el tarareo de himnos como ‘Resistiré’, canción que se ha convertido en una especie de coraza ante cualquier desánimo.
Algunos son amigos de toda la vida y otros conocidos de mucho tiempo, aunque también hay auténticos desconocidos con los que se han estrechado simpatías participando ya una veintena de días en este acto vecinal colectivo de reconocimiento a los que de forma más próxima, exponiéndose así mismo más al contagio, luchan contra el coronavirus.
La tarde primaveral, con una agradable temperatura, contribuyó este viernes a que muchos continuaran charlando, una vez culminado el aplauso, con los de los balcones de la acera de enfrente, intercambiando sensaciones sobre un confinamiento que para muchos, sobre todo a los más ‘andorreros’ y los que les gusta estar más en la calle que en casa, les está pareciendo interminable.
El estado de salud de amigos y familiares, incluso chascarrillos sobre las últimas noticias, se comentan entre vecinos que cierran con un ‘hasta mañana’ esta ‘ventana’ a la vida social, de cohesión y solidaridad ante un reconocimiento que todos creen merecido, que supone el aplauso de las ocho.
“Cuando termine esto, no va a haber quien ponga un pie en casa”, comentó una joven, a lo que su vecino de enfrente le dijo que tenga paciencia, obteniendo como respuesta el esperanzado anhelo de la muchacha de que “esto se tendrá que acabar”.
Por Pedrera Baja, al iniciar el reconocimiento a los sanitarios circularon con las sirenas varios coches de Policía, cuyo paso incrementó la efusividad de los aplausos en esta vía, así como en otras que confluyen como la del Río.