El Ayuntamiento de Granátula de Calatrava ha instalado un ‘locutorio’ al lado de la residencia Nuestra Señora de Oreto-Zuqueca, en la que los 21 residentes llevan un mes aislados en sus habitaciones, y al menos dos sin recibir visitas.
El ‘locutorio’ es realidad una caseta colocada junto a la ventana de una habitación del geriátrico, a la que se desplazará el anciano para comunicar, cuando se pueda. Tanto la caseta exterior como la habitación disponen de teléfono para poder hablar mientras se ven, sin que haya contacto físico ni roce.
“Pensábamos que iba a poder funcionar este jueves pero problemas con la telefonía lo han impedido”, explica el alcalde Félix Herrera, promotor de la idea para paliar la angustia por la que están pasando los internos y sus familias desde que se decretó el estado de alarma y se prohibieron las visitas para evitar contagios en los centros de mayores, donde el virus ha demostrado su letalidad.
“Yo creo que ver a su familia es una botella de oxígeno para el residente, tenga o no el virus”, afirma el alcalde.
‘Locutorio’ para aprovechar los paseos de la desescalada
La inminente puesta en macha de este ‘locutorio’ coincide con la semana del inicio de la desescalada, “como los vecinos ya pueden pasear pueden acercarse un momento a la caseta y comunicar con su pariente”, dice el alcalde.
Todos encerrados desde el 7 de abril
Otra cuestión es que los residentes puedan. La empresa que gestiona la residencia de Granátula, Clece, confirmó ayer a Lanzadigital.com que los residentes permanecen aislados en sus habitaciones (no pueden salir ni pasear si quiera por las dependencias comunes) desde el 7 de abril, cuando les hicieron los test de detección del virus. Un mes después la prueba de confirmación sigue sin llegar, aunque la pidieron a la Consejería de Sanidad el 25 de abril.
Se supone que en unos días los dueños de la residencia someterán a los 21 internos a nuevas pruebas, para actuar en consecuencia y procede a dar altas a quienes ya estén limpios del virus.
“Van a morir de depresión”
Este mismo jueves Raquel Gómez, nieta de un interno, ha vuelto a quejarse de que los ancianos que han superado el Covid-19 y han sobrevivido “van a morir de depresión al verse solos y sin contacto físico con nosotros”. En su caso su abuelo estuvo unos días hospitalizado y ha vuelto al geriátrico para terminar su recuperación.