Las llamadas “a la desesperada” de mujeres que antes del 14 de marzo subsistían con empleos precarios, como empleadas domésticas y limpiadoras por horas, que se han quedado sin ingresos forman parte de la ‘nueva normalidad’ del centro de la mujer de Ciudad Real.
A pleno rendimiento desde que se decretó el estado de alarma (las consultas no son presenciales, pero sí telefónicas), esta primera barrera ante la desigualdad en la comarca de Ciudad Real (atiende a la capital, Poblete, Carrión y Villar del Pozo) no ha dejado a ninguna mujer colgada durante el estado de alarma. Sí han notado cómo las necesidades económicas han reemplazo el goteo anterior de consultas por malos tratos.
“Tiene su lógica, la mayoría de las mujeres acuden a informarse o nos llaman cuando los maridos no están en casa, si estás confinada con tu agresor es más difícil pedir ayuda. Tenemos menos mujeres nuevas por violencia machista”, explica Gema Morena, trabajadora social del centro. Su opinión, compartida por el psicólogo Julio de la Cruz, el coordinador, y la asesora jurídica Elena Gómez , es que se trata de una falsa mejoría.
El repunte que viene
“Creo que cuando esto pase habrá un repunte”, añade Morena. “En realidad las necesidades económicas también son un reflejo de la violencia de género, si tienes hijos y no te pasan la pensión alimenticia, tienes necesidad, pero tiene que ver con la violencia”, interviene De la Cruz.
El fiscal jefe dice que ha habido menos denuncias
La Fiscalía de Ciudad Real, con una visión global de lo que ha ocurrido en los juzgados de guardia (los únicos activos) en estos dos meses de encierro por el coronavirus no ha derivado en un aumento de los procedimientos penales, “incluso podíamos decir que ha habido menos denuncias”, confirma el fiscal jefe Luis Huete.
“No hemos tenido ningún caso grave, sobre todo situaciones de acoso, maltrato y amenazas, y menos de lo habitual”, remarca. La semiparalización de la justicia también ha reducido al mínimo los juicios rápidos, que solo se han celebrado en caso de que el acusado estuviera en prisión.
Menos asistencia letrada, de 5 a 1 a la semana
La abogacía tiene la misma percepción. Elena Gómez que además de asesora jurídica en el centro de la mujer preside el Turno de Oficio del Colegio de Abogados de Ciudad Real y coordina el turno especial de violencia de género asegura que ha habido menos casos. “Agresiones físicas ninguna, y asistencias nuestras muy pocas en comparación con el ritmo normal”.
Con cuatro abogados de guardia a diario para cubrir los cuatro distritos judiciales (Manzanares-Infantes-Valdepeñas; Tomelloso-Alcázar; Ciudad Real-Almagro-Daimiel; Puertollano y Almadén), ha habido “un tremendo bajón de denuncias”, dice; y asistencias “como en una proporción de cinco a uno. Si antes en una semana veíamos a cinco mujeres ahora a una o ninguna”, indica, “lo veo tanto en el centro de la mujer como en el turno de violencia de género del Colegio de Abogados”.
“Las mujeres se están adaptando a vivir y callar”
“Mi impresión es que las mujeres se están adaptando a vivir y callar, sabiendo que esto es temporal, que cuando menos me mueva menos provoco, que es lo que las víctimas nos cuentan cuando las asistimos. Como las necesidades económicas son tremendas se pospone todo lo demás.”
La brecha digital en las mujeres
Otro problema que la pandemia deja al descubierto son las pocas habilidades informáticas de muchas usuarias del centro de la mujer de la capital, uno de los veintiséis de la provincia. “Ahora todo lo hacemos de forma online, atendemos por teléfono o videollamada. En muchos casos tenemos que orientar a la mujer para que solicite ayudas o se inscriba en tal o cuál servicio, incluso para apuntarse al paro [las oficinas están cerradas] las tenemos que guiar o hacerlo directamente”, “la crisis sanitaria ha puesto al descubierto la brecha digital”, interviene la trabajadora social.
El equipo de cinco profesionales del centro de la mujer de Ciudad Real siempre han sabido que son un servicio imprescindible, pero nunca como ahora, de una forma que Gema Morena describe como paternalista, “hay mujeres que vienen aquí para que les expliques dónde tienen que ir, para que las orientemos, estamos derivando muchos casos a los servicios sociales”.
La atención ha mejorado
Sin asistencia presencial el centro de la mujer reorganizó el servicio desde que se tomaron las medidas de aislamiento social. Siguen atiendo de lunes a viernes por teléfono. Cada día de la semana acude uno de los profesionales en horario de ocho de la mañana a una de la tarde y coge las llamadas, mientras otra persona se queda de guardia. Las llamadas se derivan según la especialidad: psicólogo, trabajadora social, asesora jurídica, etc.
Una atención más completa e individualizada
Lo procuran hacer en el horario laboral pero es imposible, con el teletrabajo incluso están prestando una atención más completa e individualizada. “Estamos trabajando mejor, incluso damos una respuesta más rápida dice De la Cruz”. Y pone un ejemplo antes, para situaciones graves que necesitan atención psicológica y jurídica presencial, citaban con una demora de tres semanas y ahora a esas personas las llaman cada tres días. “Me excusaba con una mujer a la que estoy tratando por no poder vernos cara a cara, y mi sorpresa fue que me dijo que estaba encantada, al comparar la atención que hacemos de forma regular con esta”, comenta De la Cruz.
Sin embargo hay otras situaciones que no se están solucionando. Los juzgados funcionan a medios gas, no hay juicios rápidos, y el programa de atención a menores que han presenciado la violencia de género está interrumpido.
Los primeros datos del año saldrán en junio
Los datos oficiales sobre denuncias por violencia de género los divulga trimestralmente el Observatorio de la Violencia de Género del Consejo General del Poder Judicial. El mes que viene saldrá la primera estadística del año, que incluye los meses de enero, febrero y marzo.
El CGPJ no ha desvelado si hará un seguimiento estadístico especial a las denuncias en toda España durante el estado de alarma.