Hay gente que “no está ingresando nada”, con lo que, “si no tienes unos ahorros, cómo puedes aguantar sin tener ingresos y teniendo gastos”. Ésta es una de las preguntas que se plantean ante la actual situación con la inmensa mayoría de la actividad habitual ‘paralizada’.
Pero también cuánto en realidad puede durar esto y si se van a producir cambios significativos. Nadie, ni los aficionados a la ciencia ficción, se imaginaba este estado de pausa colectiva, como si esta parálisis sólo pudiera corresponderse con películas futuristas o épocas pretéritas de mayor dificultad y carestía.
Si son varios en una casa los estudiantes, a los que no les da ni una pizca de sol en el aislamiento, deben turnarse en el ordenador y con esta coronacrisis, no sólo económica sino de valoración de preferencias, se está poniendo en evidencia la importancia de la inversión en sanidad, prevención, profilaxis y alimentación.
Buena parte del pequeño comercio, el cual proporciona un trato personalizado, aguanta el ‘tirón’ de forma “agónica” ante la predilección de hacer grandes compras y de todo en supermercados y grandes superficies, y en este inicio de una primavera atípica y triste toda la esperanza está puesta en que se pueda poner freno pronto a la pandemia para poder volver a la ‘normalidad’.
Las desérticas calles suscitan “tristeza”, la cuarentena se está haciendo “eterna” y la incertidumbre, aun con guantes y mascarilla, se palpa ante un cambio y una nueva situación de convivencia social que han supuesto un “impacto para todo el mundo”. El trabajo en muchos casos ha quedado en el aire, al igual que señaladas citas y compromisos, incluidas bodas.