Cuando reflexiona sobre el futuro de la profesión médica, Arsacio Peña, médico de familia en Daimiel y vocal del Colegio de Médicos de Ciudad Real, lo tiene claro. “Los médicos seguiremos centrados en nuestro objetivo: la salud del paciente”.
El facultativo afirma que la labor que los médicos desarrollaban antes, ahora y en el futuro será la misma. “No hemos cambiado nuestro modus operandi, ni nuestro objetivo, que siguen siendo los pacientes”. En este sentido subraya que trabajarán con todos los medios y protecciones que tengan a su disposición, algo que ya no depende del profesional médico, sino de la Administración.
Arsacio relata que desde marzo ha sido un no parar, una labor intensa con una carga creciente de trabajo por un número decreciente de profesionales que han caído enfermos y tenían que permanecer en casa. Además de un enorme peso en el corazón por los compañeros que han fallecido durante estos tres meses. “Esto ha sido lo peor, la sensación de que han fallecido por no tener los mínimos recursos básicos para poder trabajar con seguridad”, relata el médico de familia del Centro de Salud I de Daimiel, que ha echado en falta durante estos días un crespón negro para recordar a los sanitarios que han fallecido.
“Ha sido una experiencia que como médico la tengo muy grabada y esto, desgraciadamente, no ha terminado”, manifiesta Arsacio Peña, quien se muestra crítico por la gestión de esta crisis sanitaria en la que los profesionales sanitarios han tenido que esperar semanas para poder realizarse test.
En este sentido Peña subraya la profesionalidad del colectivo médico, que se ha olvidado de sí misma y se ha enfocado en las personas, en los pacientes. “Si esta situación la hubiera pasado otra profesión, seguro que se habría liado, pero nuestra forma de reivindicar ha sido la de dar lo mejor de nosotros mismos”.
Para Arsacio Peña en la gestión de la crisis ha habido muy poca coordinación y lamenta que apenas se le haya escuchado cuando ha mostrado a las autoridades los positivos resultados del tratamiento que ha aplicado a sus pacientes en Daimiel, uno de los municipios en los que se confirmó uno de los primeros casos de la provincia.
Relata que su tratamiento era barato, permitía su aplicación a nivel domiciliario por cualquier médico de familia y la mejora clínica de los pacientes era evidente. Lo transmitió al Proyecto Solidarity, que recoge estudios sobre los tratamientos a pacientes de Covid-19, pero se sintió ninguneado, “por ser médico de familia en un pueblo”.
“No he podido contar con un aval analítico que justifique los buenos resultados del tratamiento, pero apreciando las radiografías de mis pacientes el cambio a mejor es espectacular”, relata Arsacio Peña, que subraya la importancia de estudiar la carga viral presente en el intestino del paciente.
El médico de familia espera que la ciudadanía sea responsable, no olvide lo que ha sucedido durante los últimos meses, y que sepa que los médicos siempre estarán ahí.