Pese a suspenderse las celebraciones en Alarcos, que suele reunir a muchos ciudarrealeños en el cerro, se ha seguido con “la dinámica habitual” de muchos establecimientos permanecer cerrados en esta festividad.
No obstante, hay algunos restaurantes que, en el primer día de la Fase 2 que permite consumir en las mesas ubicadas en el interior de los establecimientos con un aforo limitado al cincuenta por ciento, han optado por abrir. Aunque se llame la Fase 2, se trata de “partir de cero”, comenta Lázaro Alcázar, de Alquimia, cuyo restaurante de la calle Montesa ha comenzado a servir comidas y cenas en algo menos de la mitad de las mesas con las que cuenta dentro del local.
“Muy rentable no va a ser, pero no puedes tener los negocios cerrados tanto tiempo. Hay que pagar los gastos mínimos”, los sueldos de los trabajadores, seguridad social y alquiler, ya que, “si no, me tengo que esperar a lo mejor un mes. No sabemos cuándo se va a poder abrir con más capacidad” de clientes. “Tenemos una clientela fiel y alguna vez hay que empezar. Día que pasa, día que estás perdiendo dinero y te estás consumiendo tú mismo, te vas deprimiendo más y no ves la luz al final del túnel por lo que hay que echarle valor. Si vemos que la cosa en un mes o mes y pico no mejora habrá que tomar otras medidas pero ahora mismo” apuesta por ser valientes.
“Estoy esperando a que me concedan unas mesas de terraza para intentar compensar”, expone el responsable de este restaurante, con reservas que estima que le permitirán ‘llenar’ la reducción a la mitad de la capacidad interior de su establecimiento en la calle Montesa, mientras que el Alquimia de la calle Tinte, que no cuenta con terraza, cree que no podrá lo mismo abrirlo hasta después del verano.
“Hay que empezar de cero, no queda otra, porque después de dos meses y medio con el negocio cerrado….”, argumenta el responsable de un restaurante que ha hecho “carta nueva” con “productos nuevos” y precios “un poco incluso a la baja” puesto que “hay que ponerse en el lugar de la gente” y comprender que “las circunstancias son malas para todos”.
Dosificador de gel en la puerta, dispositivos que desinfectan 24 horas al día el local y sobrecitos de gel para las mesas son algunas de las medidas de seguridad sanitaria que ha incorporado al Alquimia de Montesa.
Otro local que ha abierto este lunes es Las Vegas, en la calle La Jara, donde se puede comer en el cincuenta por ciento de sus mesas –en una sí, en la siguiente no y así de forma ‘salteada’ guardando las medidas de seguridad- con lo que su capacidad para 170 comensales está ahora reducida a 85. Con una amplia cartera de clientes desde personas mayores y familias hasta trabajadores que buscan un menú rico, variado y económico, los fines de semana se solía llenar “de sobra”, especialmente en esta festividad con romeros que iban a Alarcos y optaban por acudir luego a este establecimiento, en lugar de ir a casa a preparar la comida, comenta José Manuel Pérez Castro.
“Gracias a que el local es nuestro, que si no…”, asegura, ya que han “pasado tres meses en blanco”, de dar sesenta o setenta comidas diarias a quedarse todo paralizado.
Así mismo, el Bar Restaurante Don Sancho ha vuelto a abrir su comedor con la mitad de sus mesas en activo, donde se sirve con mantel y servilletas de papel, vajilla desinfectada que se coloca cuando se sienta el cliente y desinfección del mobiliario en cuanto termina de comer.