Una vez elegidos los nuevos alcaldes medievales y, tras el reparto de golosinas a la infancia en la plaza de la Constitución, toda la comitiva y público se desplazó a los paseos del río para disfrutar de la comida popular. Y aunque hubo una larga cola -no para quienes llevaban indumentaria medieval-, nadie se quedó sin probar el pisto con magro elaborado por un restaurante manzanareño y repartido junto a zurra y agua con la colaboración de la Asociación de Cofradías de Semana Santa.
En total, 1.800 raciones que confirman la alta asistencia de público en esta edición. Además de la comida y bebida, cada participante recibió una papeleta para participar en el posterior sorteo de los productos de la tierra bendecidos por la mañana en la misa medieval.
El tiempo fue un aliado, un año más, de las Jornadas Medievales, por lo que los comensales buscaron las sombras del parterre, donde además de las mesas instaladas por la organización, muchos llevaron las suyas y disfrutaron de esta comida gratuita, “una apuesta infalible” junto a la del resto de actos sin coste “para que todo el mundo pueda participar”, según valoró el alcalde de Manzanares, Julián Nieva.
El alcalde hizo un agradecimiento tanto al público como a los participantes de las numerosas asociaciones implicadas en los actos de estas Jornadas Medievales, así como a la labor de las distintas concejalías del Ayuntamiento que han colaborado con la de Festejos para conseguir tan positivos resultados “y que sea una ciudad referente”.
Julián Nieva expresó la voluntad de seguir consolidando la ciudad con una estrategia global que, además de apostar por las empresas y de mejorar servicios e infraestructuras, no olvida el dinamismo que aportan este tipo de eventos “con miles y miles de visitantes” y gran repercusión económica, principalmente en la hostelería y la restauración.
Ahora, según avanzó el alcalde, toca analizar y evaluar cada uno de los actos para que las jornadas no caigan en la rutina y sigan teniendo un positivo resultado en próximas ediciones.