El desastre está aquí, nos sobrevino, nos dejó boquiabiertos y hubo que buscar mascarillas a precio de riñón, tirar de guantes quien logra encontrarlos y apostar por un cubrimiento total o casi que recuerda a prendas afganas y pantallas a las protecciones de un herrero al soldar.
Enrocados en casa, evitando cualquier aproximación que pueda propiciar un jaque mate, se vive en muchos casos en un mí mismo repleto de incertidumbres sobre lo que acontecerá a posteriori que apenas se rompe con los aplausos a las ocho y la vital creatividad, con buenas dosis de alegría y esperanza, que llega desde las redes sociales por parte de ‘recluidos’ que derrochan ingenio para transmitir optimismo.
‘Echando un cable’ a través de la redes al ‘otro’ que también está confinado, son muchos los autores manchegos o próximos a esta tierra que comparten alientos para sobrellevar y tener arrestos ante este ‘arresto’ impensable no hace mucho en una sociedad del siglo XXI dinámica, cosmopolita y viajera.
Da ‘yuyu’ que los más mayores sean los que peor lo estén pasando, como si esta amenaza se ‘cebara’ con los más débiles y declarara ante muchos, pese al gran logro de aumentar en gran medida en las últimas décadas la esperanza de vida, que éste ‘no es mundo para viejos’.
Son numerosos los dramas que tras su capa va dejando el coronavirus y, ante un confinamiento que para bastantes se está haciendo “eterno” precisamente en lo mejor de la primavera, se recibe con agrado y alivio las saludables bocanadas de aire fresco que insuflan a través de las redes sociales unos creadores que, a su vez, perciben que la actividad económica en torno a la cultura se encuentra y podría hallarse durante mucho tiempo en la ‘cuerda floja’, por lo que convocaron un ‘Apagón Cultural’ en las redes y el Gobierno reaccionó con una reunión de la que salió el compromiso de aplicar medidas específicas.
En la reunión, participaron representantes de distintos ámbitos de un sector que no es que vea el futuro “horroroso”, sino que, por ahora, “no lo vemos porque cuando la otra crisis, la de 2008, pudimos más o menos vadear los efectos con el precio de las entradas, reduciendo gastos,…, pero es que ahora va a salir un modelo nuevo”, comenta Miguel Muñoz de Morales, responsable del Teatro de la Sensación, la única sala de Castilla-La Mancha en la Red de Teatros Alternativos del país.
A nivel escénico, se están planteando algunas alternativas como el teatro digital en abierto subvencionado, así como proyectos de residencias artísticas con presentaciones de los procesos creativos a un reducido público hasta que haya una programación normal para que las salas sigan funcionando, indica del director de La Sensación, que, aunque lo ve complicado, confía en que su sala retome la actividad en septiembre y aboga por extender las medidas de apoyo económico que el Gobierno ha planteado para otros sectores y profesiones a las compañías y las salas de representación.
Paradoja
Entre los que más se lo están ‘currando’ en este confinamiento para transmitir positividad con la música está el profesor de Secundaria, escritor, guionista y compositor Miguel Ángel Maroto Negrete, que ya ha llevado a las redes diez versiones de canciones significativas para él y un par de composiciones propias.
Ante “la paradoja” de que quienes están llenando de alegría y apoyo las redes sociales se encuentran, así mismo, ante ‘un abismo’, comenta que “lo que no se puede hacer es no hacer nada. Es vergonzoso porque la gente consume mucha cultura y más estos días”.
Habrá que establecer unos mínimos para recibir ayudas ante este ‘parón’, aunque también muchos que, por ejemplo, no puedan justificar que se dedican por completo a actividades culturales podrían quedarse en el ‘limbo’, expone el creador ciudarrealeño, que lamenta que se trate a la cultura como si fuera el ‘último mono’ -“de hecho no aparece ni en los debates electorales”- cuando es la que “está salvando a muchos en el confinamiento”. Es como la reflexión que circula por internet de que, precisamente, las materias que se consideran ‘marías’ en el instituto como la música, educación física, dibujo y plástica son “las que están salvando un poco a la gente” en este aislamiento en el hogar, algo que también guarda similitud con la revalorización actual de oficios que “parece que no nos habíamos dado cuenta de que eran tan esenciales como pueden ser los cajeros y los sanitarios”.
Maroto Negrete, que resalta que hay que dar el valor que se merece a la cultura, que en situaciones tan extremas como la actual “te ayuda a mantenerte en casa, te entretiene”, no se ha quedado quieto en su confinamiento en el hogar. “No paro ni un momento. La pandemia por ahí no me va a pillar porque el 80 por ciento de mi tiempo libre lo dedico a componer y en ese 80 por ciento estoy bien. En el 20 por ciento restante, porque estás solo en casa, siempre tienes momentos más malos o peores, pero son muy puntuales. Yo en general estoy llevando bien este encierro y no consumo mucha tele ni veo muchas series porque al final te quedas empotrado en el sofá y como medio depresivo”.
Por ello, el creador del ‘hit’ ‘Sólo quiero bailar’ contra la violencia de género, quien hasta a veces para entretenerse juega al bingo online con amigos, se ha puesto a hacer vídeos de sus versiones con un muy positivo feedback de sus seguidores, está trabajando en su cuarto álbum ‘El interior de la mujer coraza’ y segunda novela ‘La rebelión del predicado’, y le acaban de llamar para que se encargue del guión de un musical que se va a montar en Valencia sobre leyendas del rock.
Adaptándose día a día a esta situación de estar “encerrados” en casa, subraya, así mismo, que hay mucha tragedia en torno a esta pandemia y reconoce, aunque quisiera mañana mismo salir corriendo del confinamiento, que lo está llevando “muchísimo mejor que otra gente a la que le ha tocado vivir experiencias supertraumáticas como perder a su padre, tener a un familiar en la UCI, llevar un montón de días sin saber por dónde hay que tirar, no poder ver a la persona querida ingresada ni estar con ella, tener en casa a gente discapacitada que se pone nerviosísima cuando no sale a la calle o cuidar de algún familiar que está muy mal y tener que estar en casa metido 24 horas”.
“A ver cómo salimos de ésta, desde luego los psicólogos se van a hacer de oro en cuanto termine esto. Fíjate que a mí me quedan cinco asignaturas e igual hasta me planteo terminar Psicología”, comenta con buen humor este autor manchego, que lamenta las tragedias que está dejando el coronavirus y una situación que es “un delirio constante”.
Optimismo
A un préstamo ICO de los que está ofreciendo el Gobierno se va a agarrar para afrontar un “horizonte que viene nublado” Alfonso Velasco, de la Escuela de Música Moderna, cuyo alumnado se ha reducido desde el 13 de marzo al veinte por ciento, el cual recibe formación a través de clases online. “No sé cuánto va a aguantar el profesorado y el alumnado porque una cosa es apañarse para un par de semanas como parecía que al principio iba a ser y otra que esto se prolongue ya hasta el 27 de abril” y hay quien insinúa que podríamos irnos a mediados de mayo. “Somos buenos en lo que veníamos haciendo, las clases presenciales con una comunicación directa”, expone Velasco, que destaca el esfuerzo de los profesores incorporando, prácticamente de ‘sopetón’, las nuevas tecnologías con los hándicaps de que a veces las plataformas se paren o la información llegue con retardo.
Al ‘Resistiré’, de Barón Rojo, como himno se aferra Velasco que se muestra confiado en que “podamos volver a ver la luz a partir de septiembre” y “las cosas puedan volver a ser como eran”.
Pilares a “mimar”
Por su parte, Ángel Serrano, de Serendipia y Zona 84, indica que aún no han abierto la librería. Eso sí, “estamos sirviendo online, con los gastos de envío gratuitos, y este servicio está funcionando muy bien” en, por ejemplo, ventas de libro infantil y juegos de mesa.
El Gobierno debería aplicar medidas específicas de apoyo a la cultura, teniendo en cuenta sus particularidades, como lo va a hacer en otros sectores e industrias, a juicio de Serrano, para quien “hay tres pilares en la sociedad que deberíamos mimar por encima de todo: la sanidad y la investigación, la educación, y la cultura”.
“Una sociedad que tenga una buena sanidad y un alto nivel de investigación, una buena educación y un buen nivel de cultura es una sociedad capaz de afrontar cualquier reto”, estima Serrano, que lamenta que sean siempre estos terrenos en los que se meta la tijera y se queden en el “olvido”.
Con esta crisis, hay librerías que “están sufriendo y van a sufrir muchísimo”, expone Serrano, que desea que la gente no se eche en manos de las grandes plataformas de distribución y tenga en cuenta al “librero de su pueblo que es el que está ahí, abre, hace actividades y recomienda en el día a día”, además de ser el principal escaparate para ediciones diferentes, alternativas e independientes.
Serrano, que reconoce que la situación actual ha puesto de manifiesto que “aún queda mucho por inventar”, señala que “ahora mismo lo que se necesitan son mentes que innoven, piensen y creen nuevas formas, escenarios y vías”, para indicar, así mismo, que de “cada crisis tiene que salir algo nuevo”.
Adaptación
A nivel de los profesionales de la cultura “está muy cruda la cosa”, comenta la actriz y payasa Ivi Verdejo, que resalta que en este confinamiento, con la solidaria aportación de los creadores, se está viendo “la importancia que tiene el arte en general, ya sea la música, el cine o el teatro, para que la gente se evada, no piense en todo lo malo de esta situación y lo pueda llevar “muchísimo mejor”.
“No podríamos estar en casa tantísimo tiempo si no hubieran música, libros, cine, obras de teatro y cuentacuentos”, entre otras manifestaciones creativas, que son esenciales para la estabilidad mental de las personas, expone la actriz y payasa manchega, que con su alter ego Margarita Blurk, cuenta cuentos a través de Afanion con una excelente respuesta ya que “se agradecen un montón”.
Son cuentos de no más de cinco o diez minutos, adaptados a la situación actual de los chavales que ya tienen telecole y deben hacer los deberes, y en los que incluye componentes didácticos de ciencia, divertidos retos imposibles y conceptos, por ejemplo, de música.
Colaboradora de varias asociaciones, es trabajadora por cuenta ajena de compañías de teatro de manera que, como sucede ahora, “si no hay bolos, no hay pasta”, con lo que la situación actual se puede resumir en un “fatal”. No obstante, como es “payasa”, la esperanza es lo último que se pierde y estima que se debe mirar “un poco más por la cultura” como algo “muy importante y necesario” para nuestra felicidad: “Hace que seas feliz, lo cual, a su vez, contribuye a que cualquier cosa pase de otra manera”.
El Gobierno tendría que desarrollar medidas específicas para la cultura y, al mismo tiempo, “las personas que nos dedicamos a la cultura adaptarnos un poco a la situación”, considera Verdejo, que apuesta por que esto también sea “un proceso de aprendizaje, ver cómo lo estábamos haciendo y ver de qué manera podemos llegar a todo el público”. Ahora se ha producido un vuelco masivo de ocio por las redes, pero “siempre ha pasado” de manera más específica para personas que, por ejemplo, estaban enfermas y, este sentido, expone que ella lleva desde 2009 con Afanion haciendo visitas domiciliarias a niños y niñas con cáncer que ya hacían telecole mucho antes de que sucediera esta pandemia.
A este respecto, estima que una de las opciones, “porque se ha visto que da muy buen resultado”, sería la financiación a través de instituciones de iniciativas culturales de todo tipo en las redes, con lo que se llega al público, se aporta un relevante contenido social y se contribuye a que la actividad artística no se vaya al ‘garete’.
Innumerables alientos
Desde que se declaró este tiempo ‘en clausura’ con motivo de la alarma sanitaria, las redes sociales se han convertido en escenario de múltiples propuestas culturales. El narrador cubano con raíces culipardas Aldo Méndez sube poesías y narra ‘Cuentos con-finar feliz’ a las diez; el Slam Poetry ciudarrealeño promueve el envío de vídeo-poemas a través de la convocatoria #SlamPoetryCOVIDeo, el manchego Joaquín Muñoz González transmite su poesía mediante la propuesta ‘Confinaversos’ y los puertollaneros 300 Alas Blancas abren cada día ‘La Hora del Cuento’.
Los Bichos de Luz leen cuentos y felicitan a los niños que cumplen años con marionetas como el ‘Mini Yo’ de Juan Martín y los títeres Florita, Frikito y el duende Trasky; Fabián ‘Brujo’ deja muestras de su habilidad con la guitarra en refrescantes improvisaciones de diferentes estilos y su grupo, la formación valdepeñera Corazón Oxidado, ha ‘colgado’ covers de Fito & Fitipaldis.
La periodista Ana Victoria López ha transmitido ánimos cantando canciones y tocando el trombón, al igual que el puertollanero Manuel Valero con poemas e interpretación de canciones a la guitarra; el cantante de los miguelturreños Maldito Matas, Julio Yébenes, ha presentado ‘desenchufado’ sus ‘Canciones Malditas’; la ciudarrealeña María Molina comparte su talento compositivo e interpretativo; y la almagreña María Huertas, de Il Parnasso Natur Music, entonó la canción mapuche ‘Ayun Mapu, Newen Mapu’.
Por su parte, el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro lanzó la propuesta de lavarse las manos recitando un poema, iniciada por su propio director, Ignacio García, con emblemáticos versos de ‘La vida es sueño’, de Calderón; y seguida por el humorista manchego Millán Salcedo, con ‘Mi vaquerillo’, de José María Gabriel y Galán; y la directora de la compañía mexicana La Rendija, Raquel Araújo, con rimas de Sor Juana Inés de la Cruz.
El bolañego-carabanchelero Rosendo Mercado tocó desde el sofá de su casa ‘La Fina’, de la etapa de Leño, y ‘A la sombra de una mentira’, de su trayectoria en solitario; cantó ‘A remar’ junto a su hijo Rodrigo, y compartió el documental ‘Ni presunto ni confeso’; la Orquesta de Cámara Orfeo pone cada día de abril una versión de The Beatles; la ciudarrealeña Carmen Novalbos transmite en directo ‘Música para la cuarentena’ y la almagreña Nieves Fernández desgranó por capítulos el cuento ‘Nipatata’, mientras que la culiparda actriz Marta Martín enseñó una acrobacia apoyándose en el palo de una escoba y los manzanareños Mar del Norte tocan su rock celta desde casa.
El también ciudarrealeño Dani Rodríguez hace trucos de magia desde la sala de estar; el argamasillero Roberto Aliaga, uno de los autores de literatura infantil más prolíficos, comparte cuentos; el cantaor y guitarrista daimieleño Ricardo Fernández del Moral ha interpretado fandangos y saetas, el guitarrista Manuel González ‘Mono’, afincado en Valdepeñas, ofrece metaleros ‘covers’ y los manchegos Ángelus Apátrida versionan pisando el acelerador el ‘Resistiré’ de Barón.
Los miguelturreños Wahira presentaron ‘Algo bueno que sacar’ y los puertollaneros The Buyakers con amigos ‘Cuando todo vaya mal’; y el piconero Agustín Durán reflexiona con ingenio y humor sobre distintos aspectos del confinamiento y colabora en la divertida serie ‘Jesús y la Loli’, del cómico albaceteño Jesús Arenas, quien también resume en un minutico cada capítulo de ‘El Quijote’.
En la conmemoración del Día Mundial del Teatro, el concejal de Cultura de Ciudad Real, Nacho Sánchez, interpretó un fragmento de ‘El castigo sin venganza’, de Lope de Vega; y Lazarillo TCE de Manzanares ‘colgó’ un vídeo con el mensaje de esta celebración del pakistaní Shahid Nadeem; y son muchas las muestras de dolor por el fallecimiento de Luis Eduardo Aute, entre ellas la de Luis Ramiro, cantautor madrileño de raíces alcazareñas.
Irene López tocando el clarinete desde su ventana en Tomelloso, Audi Filia desde una terraza frente al Hospital General de Ciudad Real, el daimieleño Gustavo Alameda ofreciendo cada día composiciones con su piano, el valdepeñero Óscar Martín cantando a las ocho desde su ventana, el torreveño Pedro Morallón interpretando versos y canciones, y la ciudarrealeña Carmen Lozano con su iniciativa ‘Me quedo en casa tejiendo’ de llenar las ventanas de corazones de colores también están, entre otros, proporcionando ánimos a través de las redes.
