A. R.
Ciudad Real
El ardor guerrero y la temeridad Gálvez, mostrando al héroe como una persona de carne y hueso con sus insensateces, son ingredientes de una novela que tiene “de todo” como los elementos de la veracidad, la pasión y el amor del militar malagueño por Felicitas, una criolla de Nueva Orleans de la que “se enamoró perdidamente”, indicó Garrigues, que presentó ayer en la Facultad de Derecho un libro que anima a descubrir o conocer mejor a una persona que realizó una importante contribución a la cultura no sólo de España sino universal, ya que “sin la figura de Gálvez, la guerra de independencia de los EEUU no hubiera sido lo mismo, hubiera tardado muchísimo más tiempo o se hubiera hecho de otra manera”.
La relevancia de la figura de Gálvez radica, por un lado, en que “rompe la ambigüedad del Gobierno de Carlos III, que estaba indeciso si ayudar a los colonos rebeldes o no”, atacando a los ingleses desde la Luisiana “incluso antes de que se declarara la guerra” y, por otro, en la reconquista, “con poquísimos medios y un tesón y valor impresionantes, de la cuenca de Mississippi, lo que significaba tener la llave de todo el comercio de los Estados del norte hacia el Golfo de México, y posteriormente Mobilia y Pensacola, con lo que dominó no sólo todo el Golfo de México sino también el canal de las Bahamas y el Caribe. Esa gesta impresionante de Gálvez es lo que permitió que en el norte el general Washington batiese a los ingleses. Si no hubiese sido imposible porque los ingleses hubiesen hecho una tenaza entre el norte y el sur y hubieran perdido la guerra los norteamericanos”.
A diferencia de lo conocido que es otro “héroe” de la independencia estadounidense como el francés Lafayette, “nosotros no hemos hecho la campaña que tendría que hacer un país que esté orgulloso de su historia” en relación con las gestas de Gálvez, en lo que también ha podido pesar que el inmenso territorio que ganó “con la espada” el militar malagueño, lo perdieron pocos años después “los diplomáticos con la pluma”. Menos de una década después del fallecimiento de Gálvez, Godoy suscribió un tratado por el que España cedió “prácticamente todas las conquistas que había hecho Gálvez” a los americanos, quienes, en su afán de expansión hacia el Oeste y el Sur, “se quedaron primero con lo de España y luego con lo de México”, expuso Garrigues, para indicar que ha podido contribuir en ese ‘olvido’ hacia la figura de Gálvez que “al ser una victoria algo efímera el inconsciente colectivo no lo ha considerado que era un bien del que podía disfrutar”.
Desde Almadén
Para quienes “les gusta la novela histórica y de acción”, se trata de “una gran libro” con un “fondo histórico absolutamente fundamentado” que, además, empieza en la mina-prisión de Almadén con un condenado a galeras, continúa por el Mississippi y termina con Gálvez como virrey de México, destacó, por su parte Luis Arroyo, director del Instituto de Derecho Penal Europeo e Internacional, que resaltó el valioso contenido histórico de este libro, en el que hasta aparecen incluidas las razones por las que posiblemente muriera envenenado por sus enemigos políticos siendo virrey Gálvez, quien fue un militar reformador e ilustrado. Arroyo recomendaría leer ‘El que tenga valor que me siga’ para divertirse. “A mí, leer me gusta para divertirme y para vivir vidas ajenas porque la propia vida es muy limitada”, con lo que leyendo novelas históricas se conocen otras vidas.