En su conferencia inaugural de las jornadas, Berrocal ofreció consejos “muy prácticos” a los alumnos que le hubiese gustado a ella escuchar cuando era estudiante de la Escuela de Arte número 10 de Madrid como desde cuánto se cobra a cómo se busca un cliente, y disertó sobre su propia andadadura combinando diferentes trabajos hasta que, “poco a poco”, fue labrándose una trayectoria profesional.

En sus dos últimos títulos, ‘Doña Concha. La rosa y la espina’ y ‘La tierra yerma’, publicados ambos en Reservoir Books de Penguin, su mirada se centra en las mujeres. “Ya es hora de que seamos protagonistas y que contemos nuestras propias historias y hagamos nuestros propios relatos porque llevamos dos mil años escuchándoles a ellos, con lo que empezar a relatarnos nosotras también es necesario”.

“Además, ha sido un cambio muy natural. Hace diez años no era consciente de que mis propios relatos estaban protagonizados por hombres. Está ese viejo dicho de que ‘te pones las gafas violetas’ y, de repente, te das cuenta de por qué estoy haciendo una historia protagonizada por un hombre cuando podría ser perfectamente una mujer, yo soy una mujer y puedo contar mi propio relato”.

“Creo que es una cuestión muy necesaria”, agregó Berrocal, que empezó con ‘Doña Concha’, que es el que más repercusión ha tenido por la figura de Concha Piquer, y ahora ha sacado ‘La tierra yerma’, un western rural ambientado en Salamanca, en concreto en Salvatierra de Tormes, también protagonizado por mujeres.

En relación al proceso de trabajo en la elaboración de un cómic, “lo primero es tener una idea, un concepto sobre el que tirar, luego vas escribiendo el guión, lo desarrollas y después te pones a dibujarlo. Es muy laborioso, es un proceso súper largo, que además por lo general está muy menospreciado y que requiere de una constante fuerza de voluntad, porque estás todos los días ‘tengo que hacer otra página, tengo que hacer otra página’. Y es bastante precario”, expuso Berrocal, que aseguró tener “muchísimos referentes, pero, sobre todo, me gustan mucho los cartelistas soviéticos, el cartelismo de la Guerra Civil y el Art Decó”.

En sus obras, por lo general, escribe poco texto. “Soy más de mostrar, sugerir a través de la imagen y que sea el receptor quien tome sus propias conclusiones”, señaló la ilustradora, a quien le parece más interesante, no que alguien te diga lo que tienes que pensar, sino “qué es lo que te transmite lo que estás viendo y leyendo”.

En cuanto a los principales obstáculos en el sector, citó “la falta de reconocimiento social e institucional. Creo que hay una falta de reconocimiento en general de la cultura. Pensábamos en la pandemia que quizás habíamos dado un cambio porque la gente se dio cuenta de que era súper importante la cultura, ver películas, leer libros, estar distraídos, pero de repente como que lo hemos olvidado tras el confinamiento y sigue costando un poco el reconocimiento social”.

En la décimo sexta edición de las Jornadas de Diseño, que buscan conectar a los estudiantes con profesionales, se contará este martes 18 con la presencia de Fernando Capa, director de Capa Esculturas, y el miércoles 19 con la experiencia de Alberto Salvan, de Tres Tipos Gráficos Estudio creativo, que aborda el diseño editorial, de espacios y exposiciones, mientras que el jueves 20 participará el joven Estudio Canobardín, de diseño y arquitectura, y el viernes 21 intervendrá Daniel García Villaraco, experto en post producción y efectos visuales para cine, televisión y audiovisuales.
Además, habrá talleres de cómic, encuadernación, packaging, serigrafía y chapas.