Científicos del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC) han liderado el desarrollo de un Modelo Poblacional Integrado (MPI) que ha determinado, por primera vez, el tamaño total de la población de quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) en Los Pirineos.
El trabajo, elaborado por el Grupo de Investigación en Gestión de Recursos Cinegéticos y Fauna Silvestre del IREC de la Universidad de Castilla-La Mancha, ha logrado distinguir esta población por clases de edad, estimando también los principales parámetros que influyen en su dinámica poblacional.
Fuentes del IREC han explicado que la eficacia de los planes de conservación de las especies amenazadas de fauna silvestre depende en gran medida de conocer el número de individuos que forman sus poblaciones, su dinámica poblacional y los factores que la condicionan.
De forma convencional, los datos de abundancia y tendencias poblacionales suelen ser obtenidos de una única fuente de información, como pueden ser los conteos directos o el seguimiento de diversos parámetros demográficos.
Pero estos métodos no son capaces de ofrecer información absoluta de una población, que incluya a los individuos no reproductores, por ejemplo que es crítico para conocer el funcionamiento de las poblaciones, ni los factores que impulsan la ocurrencia de cambios poblacionales.
En el caso del quebrantahuesos, una de las aves más amenazadas de Europa cuyas poblaciones silvestres se concentran principalmente en los Pirineos, únicamente se conocía con precisión su población reproductora anual, gracias a los métodos convencionales.
Sin embargo, pese a la coordinación transfronteriza y colaboración entre administraciones, el estatus poblacional real de la especie siempre ha sido una incógnita, algo que se ha resuelto ahora.
Para este modelo se ha utilizado información sobre las tasas de reproducción y productividad del quebrantahuesos en los Pirineos, recopilada en España, Andorra y Francia a través de un estudio a largo plazo que comenzó hace más de 30 años, y se ha combinado con datos del seguimiento de 150 individuos mediante técnicas de captura-marcaje-recaptura (re-avistamiento) a lo largo de este mismo periodo.
Los resultados de la investigación muestran una respuesta denso-dependiente de la supervivencia juvenil, la productividad y la supervivencia de los adultos, lo que conduce a un menor crecimiento de la población a medida que ésta se incrementa.
Según Antoni Margalida, científico titular en el IREC experto en buitres, “los modelos indican una población total de 937-1119 ejemplares de quebrantahuesos, de los cuales el 36% pertenecen a la fracción reproductora”.
Esta fracción reproductora de la población pirenaica de quebrantahuesos ha experimentado un aumento medio del 3,3% anual a lo largo del periodo de estudio, aunque durante los últimos 10 años esa tasa ha descendido al 2.3%.
El investigador José Jiménez, también adscrito al IREC, ha explicado que “la tasa de crecimiento de la población se correlacionó positiva y fuertemente con la supervivencia de los adultos, que tuvo un efecto mucho mayor en el crecimiento de la población que la productividad. Los efectos de la supervivencia subadulta y juvenil en el crecimiento de la población fueron notablemente menores”.
El estudio también muestra que la proporción adulta de la población pirenaica de quebrantahuesos aumentó con el tiempo, pasando del 61% al 73%.
Según los investigadores, la edad media de reproducción esta ave carroñera se sitúa en torno a los 10 años, y el 30-35% de los territorios están regentados por tríos poliándricos, esto es, que están regentados por dos o más machos y una hembra.
Además, los autores del trabajo subrayan que este enfoque metodológico ha permitido identificar importantes problemas de conservación relacionados con el manejo de los puntos de alimentación suplementaria y la expansión geográfica de la población de quebrantahuesos en los Pirineos.
El uso de modelos poblacionales integrados, han terminado diciendo, se presenta como herramienta muy útil para comprender la dinámica poblacional de las especies de fauna silvestre de vida larga, permitiendo estimaciones de parámetros poblacionales que hasta ahora eran desconocidos -como el tamaño de la población no reproductora-, mejores estimas de los parámetros de la población y la evaluación de los factores demográficos.