Precedido de juglares, hechiceros y duendes, el fundador de la ciudad, Alfonso X, tan campechano que hasta acudió con zapatillas de andar por casa, inauguró el encuentro animando a los músicos a cantar, los cómicos a hacer reír, los artesanos a mercadear y todos a disfrutar de este mercado inspirado en los orígenes de la ciudad, con productos curiosos, originales y difíciles de encontrar de forma habitual a pie de calle.
Desde hierbas medicinales, cortezas de bacalao, piruletas de mil sabores, cecina, tartas, quesos artesanales, chufas, cocos y dulces árabes hasta pulseras de siete nudos, fotos en piedra, cremas, ambientadores de limón y canela, pendientes, colgantes, carteras, atrapa sueños y cuencos tibetanos, son multitud los artículos que se pueden encontrar desde la Plaza del Pilar, pasando por General Aguilera y hasta la Plaza Mayor, ubicándose talleres de alfarería, un tío vivo y alicientes de restauración en los Jardines del Prado, en cuyo templete están previstas actuaciones este viernes y sábado a las 20 horas.
Los Bichos de Luz y Diabelis participan, así como el grupo musical Upsala, en la ambientación medieval de la cita por la que se estima que pasarán entre veinte mil y treinta mil personas a lo largo del fin de semana, estimó la concejal de Festejos, Fátima de la Flor, que asistió a la apertura oficial del mercado junto al edil de Juventud, Pau Beltrán.