El montaje está protagonizado por Rumbo, un payaso viajero, nómada, un personaje tierno y carismático que, debido a los conflictos sociales de donde vivía, tiene que abandonar su hogar y emprender un nuevo camino.
Cargado con sus baúles y lo poco que le queda, intentará transmitir al público todo el amor que lleva dentro a través del juego y de su manera de conectar con las personas mediante el teatro gestual.
Magia, malabares, música en directo con flauta travesera, manipulación de humo y mucho humor son ingredientes de un espectáculo para el disfrute y la emoción.
Rubén Carretero interpreta a Rumbo en esta pieza con dramaturgia de Encarna de las Heras y dirección artistica de Héctor Vázquez.