Eran diez, bueno nueve más el pianista, todos llevaban nariz roja y la mayoría podía hacer de cualquier personaje en una 'TragiClownmedia de Romeo y Julieta', en la que se sabía qué iba a pasar, y además de forma divertida, pero no cómo ni por parte de qué miembros del elenco de The Clever People Company puesto que por los menos hubo cuatro intérpretes que encarnaron al galán Montesco y tres que se metieron en la piel de la bella Capuleto.
Con palets de madera con ruedas y macetas de flores, la vallisoletana compañía recreó en la Plaza de la ermita de San Juan los distintos escenarios de Verona, por los que andaba el romántico Romeo, 'ensimismao', con las emociones atascadas en la garganta y las piernas tiritando en cuanto se enamoraba. Rosalina, a la que dio vida la clown más 'molona', sabía de sus encantos que hacían “palidecer” a tutti quanti, pero Romeo cayó rendido ante la dulce luminosidad de Julieta en la fiesta de la familia rival. Una palabra, fiesta, que revolucionaba cada vez que se pronunciaba a la decena de clowns que, pese a la confrontación entre Montescos y Capuletos, ni por asomo se plantearon cancelar su presencia en la party organizada por el muy exquisito en ademanes y con acento británico padre de Julieta.
Un cómico Paris, que con deje francés no cejó de intentar cantar una canción sin que le dejaran, como al bardo Asurancetúrix de la aldea gala de Astérix, cortejaba también a Julieta, quien, no obstante, se embelesó, y bien que se lo contó por teléfono a sus amistades, con el cortejo bajo su ventana de Romeo, con quien decidió casarse con el beneplácito del ocurrente y también divertido Fray Lorenzo, interpretado por el clown más alto que lució un sombrerito chiquitito a un lado de su cabeza. Pese a que el enlace era secreto, con el propósito último del fraile de reconciliar a las familias, los clowns no se resistieron a acudir a la ceremonia que no pararon de interrumpir con festivas peticiones y vítores -como 'qué enseñe la liga la novia' o 'vivan los novios'-, reconducidas con firmeza y sutil humor por Fray Lorenzo.
Con la ternura, vital ingenuidad, gozosa curiosidad y transgresión del clown, numerosos gags de equívocos y tropiezos -uno de los actores siempre se caía al pisar la alfombra central del escenario aunque pusiera toda la atención del mundo en no trastabillarse-, además de números musicales como la interpretación de 'Fever' por parte de una Julieta cuyo corazón ardía en deseos por Romeo, se sucedieron en una jovial, amena y coral puesta en escena, que despertó la curiosidad de muchos vecinos almagreños que abarrotaron las butacas del teatro al aire libre instalado en la plaza de la ermita de San Juan.