Sus apellidos son “demasiado normales” y su nombre le recuerda a los de las telenovelas -Alberto Ángel-, así que a nivel artístico es Alberto Fábulo -de fabuloso-, un creador de magia escénica que ha abierto la primera tienda en Castilla-La Mancha de artículos de ilusionismo, que además es escuela de magia. Está en la calle Luz 22 y es el local con los centímetros cuadrados más mágicos de Ciudad Real, donde se pueden encontrar desde conejos que salen de la chistera o monstruos que aparecen de la taza del váter hasta un sándwich de pollo, barajas, varitas, artículos de malabares y muñecos de ventriloquía.
PREGUNTA.- ¿Cómo surge El Rincón del Mago?
RESPUESTA.- Llevamos la gestión de una tienda en internet desde hace casi dos años y como necesitábamos alquilar un sitio para meter el material, decidimos abrir una tienda de cara al público y hacer realidad una vieja idea que teníamos de crear una escuela de magia ya que hay mucha afición, cada vez más, y la gente no sabía muy bien dónde acudir. Hoy tenemos alumnos ya no sólo de Ciudad Real, vienen de pueblos como de Bolaños o La Solana, y de edades tan diversas como desde los ocho hasta los 50 y tantos años. En El Rincón del Mago, aparte de poder comprar cualquier accesorio tanto el profesional como el aficionado, la gente tiene un sitio donde aprender magia, conversar y compartir. También damos conferencias y han venido magos de primera línea como Henry Evans y Juan Esteban Varela y a finales de este mes estará Miguel Ángel Gea.
P.- ¿Cuáles son tus palabras mágicas preferidas?
R.- Vamos a pasarlo bien. Puedes usar ‘Sinsalabín’, ‘Hocus pocus’ o ‘Abracadabra’, pero las palabras mágicas que dices a nivel interno son ‘Vamos a pasarlo bien y vamos a disfrutar’ de este arte tan bonito como es la magia, ya que su finalidad última y primera es entretener y divertir, y a partir de ahí maravillar, meter al espectador al otro lado del espejo de la mano de Alicia, como diría Juan Tamariz, y de alguna forma recuperar al niño que todos llevamos dentro y disfrutar de una realidad que evidentemente es imposible.
P.- ¿Cómo son los cursos de magia?
R.- Muy baratos. Una persona que viene al curso de magia, que puede ser tanto un niño como una persona mayor, tiene curiosidad por aprender y lo primero que hacemos son unos pequeños juegos para que se emocione e ilusione más. A partir de ahí, empezamos con cartas, que suele ser lo que más interesa, comenzando con cómo coger una baraja correctamente. Primero hay que empezar a gatear, luego andar y después se corre, sin saltarnos ningún paso, como ocurre con las matemáticas que no puedes hacer una ecuación dificilísima nada más empezar. Además, hablamos de la psicología del espectador, de qué es lo que está pensando el público a raíz de lo que haces. La magia es un arte bastante completo y maravilloso.
P.- ¿Qué se necesita para ser un buen Harry Potter?
R.- Tener una buena varita mágica, lo primero, que se puede adquirir en El Rincón del Mago a un precio módico. Aunque, lo más importante es tener muchas ganas, ilusión y luego trabajo, ensayo y disfrute a partir de las palabras mágicas ‘Vamos a pasarlo bien’.
P.- ¿A eso habrá que sumarle tener buenos profesores que te enseñen trucos?
R.- Sí, por eso estoy constantemente renovando, en contacto con grandes magos y todas las nuevas tendencias, y al tanto de los materiales que salen y las nuevas ideas en todas las ramas de la magia: Desde el mentalismo pasando por cartomagia y grandes ilusiones -como la persona partida en tres dentro de una caja o que se queda flotando en el aire-.
P.- ¿Lo más importante para un mago es: Mucha labia, habilidad con las manos, saber distraer al público,…?
R.- La gente piensa que cuando haces magia lo importante es la rapidez de dedos, la prestidigitación, pero realmente lo más importante es la inteligencia, saber llevar al espectador por donde te interesa, apreciar las emociones que estás causando. Lo más importante es trabajar con la cabeza, sería algo como presticabezación, prestinteligenciación o prestiempatía. Es más importante la agilidad mental que la manual.
P.- ¿Para un mago qué es peor ser manazas o tartamudo?
R.- Cualquier persona podría hacer magia ya que cualquier dificultad se podría salvar. De hecho, ahí está el gran mago argentino, René Lavand, que perdió la mano derecha en un accidente y ha adaptado todas las técnicas de cartas a la mano izquierda y es uno de los mejores cartomagos del mundo. La magia está en uno mismo y en lo que haces, no en lo que puedes dejar de hacer.
P.- ¿Qué es el ilusionismo?
R.- La magia consiste en ilusionar, es nuestro trabajo. Por eso nunca se cuenta el secreto, para no romper el encanto. Lo bonito es verlo, disfrutar de ese momento y sentir “la emoción mágica” de presenciar un milagro, una cosa que evidentemente es imposible pero que estás viendo, de manera que es una maravilla y un regalo.
P.- Sois personas con muchos secretos, ¿se puede vivir con tantos secretos?
R.- Creo que un político guarda más secretos que un mago, por ejemplo. No somos de las personas que más secretos guardamos, además nuestros secretos son bastante sanotes.
P.- Si pudieras, ¿qué harías desaparecer con tu varita mágica de este mundo?
R.- Todo lo feo, cutre y mediocre y, ahora mismo, el tsunami que ha ocurrido en Japón.
P.- ¿Y qué harías aparecer?
R.- Instalaría un grifo de petróleo en cada hogar español, e incluso del mundo, para que se dejaran de tanta tontería de guerras.
P.- ¿Los magos son reales o son los padres?
R.- Los magos son reales.
P.- ¿Cómo te definirías como mago?
R.- Hago magia artística con espectáculos en los que hay momentos románticos, divertidísimo, cómicos, absurdos y agradables y tranquilos. Son espectáculos de magia escénica.
P.- ¿La magia para qué es buena?
R.- Relaja, se queda uno más feliz y, sobre todo, te evades de la realidad de la forma más bonita del mundo, presenciando un milagro.
P.- ¿Qué haces ante un público descreído?
R.- Lo desnudo, le quito todas las capas de ejecutivos, de padres,…, y le dejo solamente la piel de niño y a partir de ahí trabajamos juntos. Esa persona se va mucho más contenta y completa a su casa porque sigue siendo ingeniero, abogado, ejecutivo, padre,…, y además ha recuperado el alma de niño.
P.- ¿Con qué te quedas con la pata de cabra o con el violín de Tamariz?
R.- Con las dos. Primero me como la paletilla, de cordero o cabrito, y luego toco un poco el violín y me echo la siesta.
P.- ¿Tus referentes?
R.- Indudablemente, el gran mago español es Juan Tamariz, que ha marcado una tendencia a nivel mundial en la cartomagia y es a quien debemos un gran avance en el siglo XX. A nivel mundial, está considerado el mejor mago y, por ejemplo, David Copperfield, que aquí le tenemos idealizado, pasa por delante de Tamariz y se descubre ante él.
P.- ¿Dónde encuentras los polvos mágicos?
R.- No me atrevo a contestar.
P.- ¿Algún amuleto?
R.- Una baraja, la más barata que hay en los chinos, o un pollo de goma.
P.- ¿La suerte está echada o se busca?
R.- Siempre se busca. Nunca nos podemos lamentar de lo bien o sobre todo lo mal que nos va, porque ahí estamos nosotros para poner remedio y solución y que nos vaya siempre mejor.
P.- ¿Cuáles son las principales condiciones de un buen mago?
R.- Ser básicamente bello, elegante y atractivo.