La obra Los locos de Valencia es una comedia de Lope de Vega, que tan sólo se había representado en Almagro dos veces. En 1986 por la CNTC dirigida por Adolfo Marsillach (Convento de la Asunción Calatrava, ‘Claustro de Dominicos’), y en 2007 en la Antigua Universidad Renacentista (AUREA) por el Grupo de Teatro Corsario dirigido por Fernando Urdiales. Desde entonces, no había vuelto a subir al escenario hasta este 2019 en el Palacio de los Oviedo, con Antonio Algarra dirigiendo la Compañía Profesional de la Escuela Nacional de Arte Teatral de México. Dicen que no hay dos sin tres…
Realizando algunas averiguaciones acerca de la obra y su proyección, hemos encontrado algo en la Revista de Libros de julio 2019, en donde el profesor de la UCLM Felipe B. Pedraza escribe sobre la obra que vamos a comentar: “Los locos de Valencia pertenece a ese ‘modelo temprano de comedia española’ que analizó sagazmente Ignacio Arellano. Comedia que hoy podemos caracterizar sumariamente por su libertad en la estructura y en las ideas y valores; a veces (El anzuelo de Fenisa, El rufián Castrucho, El caballero del milagro) raya en el libertinaje al pintar ambientes prostibularios y marginales. No llega a tanto Los locos de Valencia, pero sí presenta un mundo cómico regido por un erotismo a flor de piel, hábilmente inserto en la ágil trama del espectáculo”.
De Fernando Urdiales (excelente actor, dramaturgo, médico, fundador y director del Teatro Corsario de Valladolid, fallecido en esa ciudad en 2010 con 59 años), rescatamos unas palabras sobre esta obra de Lope. Él la dirigió aquí en 2007 como hemos visto, y esto escribió de la obra: “.Lope de Vega escribió Los locos de Valencia a raíz de su estancia en esta ciudad entre 1589 y 1590. Tenía 27 años por entonces y ya había pasado por la cárcel; había guerreado con la Armada Invencible; se había casado con Isabel de Urbina, y cumplía en este tiempo una condena de ocho años de destierro fuera de Madrid”.
BULLICIOSA CIUDAD DE VALENCIA
Desde finales de la década de 1570, Valencia era un rico centro comercial a la vez que una capital brillante desde el punto de vista cultural. Nuestro autor no había escrito aún su Arte Nuevo de hacer Comedias, y en la elaboración de este importante manifiesto teatral debieron de influir dramaturgos valencianos tales como Cristóbal de Virués, Tárrega o Guillén de Castro….
Otra circunstancia destacable que, sin duda, contribuyó a configurar el primer teatro lopesco, fue la influencia de los cómicos italianos, que utilizaban Valencia como acceso portuario a la Península. La lógica importación desde su país del famoso género teatral la Commedia dell’Arte, indudablemente contribuyó a que esta ciudad fuera en aquel tiempo una importante plaza teatral.
Consideraba Fernando Urdiales que “En Los locos de Valencia Lope de Vega retrata la locura de amor, uno de los temas recurrentes a lo largo de su obra. De manera ingeniosa y divertida, construye el enredo amoroso en un espacio tan particular como es el Hospital de locos. La intriga, lejos de las habituales comedias de capa y espada, tiene un carácter burlesco próximo a la farsa y, curiosamente, los personajes, huyendo de una realidad exterior que les amenaza, encuentran su Arcadia, su escenario de loco enamoramiento en el ámbito del manicomio”.
Los locos de Valencia es una comedia urbana, impregnada de atmósfera carnavalesca, que añade a su condición de obra maestra un valioso interés antropológico y literario. Pero Pedraza advierte claramente que “Estamos, muy posiblemente, ante la primera representación dramática de una casa de locos en el teatro cómico europeo”.
OBRA INTERESANTE Y PIONERA
Y es un hecho que por aquellos años en los que vivía Lope de Vega, los caminos estaban transitados por gentes muy diferentes: músicos, buhoneros, compañías de teatro de la legua, moriscos y judíos… marchando al exilio o huyendo de la policía. En suma, toda una pléyade de nómadas o fugitivos.
El espectáculo que únicamente pudo verse en el Palacio de los Oviedo el lunes 22 de julio, Los locos de Valencia, es obra de jóvenes. Confiesa su director, Antonio Algarra, que “No podríamos entender sus ganas de amar si no estuviéramos ante personajes con toda la hormona a flor de piel, susceptibles de enamorarse locamente. Cuando emprendimos el montaje de la obra, contando con un reparto de chicos egresados de la ENAT, las premisas fueron el juego y el delirio”.
Bien es verdad que, en el juego cómico de Lope, el hospital valenciano y sus asilados son simplemente una excusa -original y novedosa- para trazar una fábula de amores de lances, disparatados a veces y otras angustiosos, pero con final feliz y al menos tres bodas como es habitual en estas obras. Cuando se casan los señores, los criados parecen estar anhelando otro tanto… En fin, con excusa o con coartada, no es más que un enredo que podría haber tenido lugar en el manicomio de Valencia, o en cualquier otro más cercano.
Parte el director Antonio Algarra del proceso de gestación de la obra: “Contando con un reparto de chicos egresados de la ENAT, las premisas fueron el juego y el delirio… Un juego que nos permitiera ser libres para explorar esos lugares donde la cordura se pierde… Y un delirio que nos llevara a construir un espectáculo que contagiara al público de la pasión del primer enamoramiento, del deseo por el otro: la entrega en la vida, en el ánima, en la cama…”.
Es ciertamente un canto a la vida, a las sensaciones, a las nostalgias… “Y así surgió esta comedia: erótica, lúdica, cachonda… y con la naturaleza que se metió en la obra… Cierto es que sumé a otros locos para crear este universo fuera del tiempo… Porque la gente se vuelve loca de amor desde el principio de la humanidad y así seguirá hasta su final… Ya lo dejó escrito Quevedo: “polvo seré, más polvo enamorado…”.
NOTABLE COMPAÑÍA MEXICANA
La acción comienza a las puertas de Valencia, junto a las murallas, probablemente junto a la Puerta de los Inocentes… Cerca de la Casa de los Locos han acampado algunos pequeños grupos. Entre ellos está, Floriano que huye de Zaragoza, tras haber cometido un crimen. O por ejemplo, Erifila, de la que sospechamos que es una joven mora que ha huido del matrimonio concertado por sus padres, y que llega con su amante, un criado que le roba joyas y ropas, a las puertas de la Casa de los Locos.
Todos, en fin, tienen razones personales para entrar en el manicomio, fingirse locos, y así pasar desapercibidos. Pero a partir de ahí, fingiendo locura o mezclándose con verdaderos locos, la comedia de amor estalla con todo su esplendor sensual, música, cánticos, celos, fingimientos… y final feliz.
Magnífica representación en una noche apacible y refrescante, con una compañía jovial, desenfadada, centrada en la acción y perfeccionista en el texto, donde el joven grupo de actores conectó entre sí, y con el complacido auditorio. Con el que a veces interactuaron los artistas ocupando alguna de las escasas sillas libres, y sacando al patio de butacas un espectáculo que no careció de nada…
Ni de guitarra, ni requinto, flautas, ocarinas, percusión y voces… Ni tampoco de una gran calidad y frescura en la ejecución de los personajes, todos ellos muy jóvenes, como queda dicho, y en medio de una trepidante acción que dejó un excelente sabor de boca. Excelentes papeles protagonistas los de Laila, Fedra y Beltrán, por citar sólo algunos.
Lo cierto es que los grupos mexicanos que hemos visto en esta 42 edición, han sorprendido todos ellos sin excepción. Lope de Vega ya es una garantía, no es posible dudarlo, y su inmensa obra literaria hacen de él una figura singular, irracional en su propia grandeza “porque a veces lo que es contra lo justo / por la misma razón deleita el gusto”. Pero esos textos maravillosos hay que ponerlos luego en las tablas. Y, aunque el programa no especificaba el papel desempeñado por cada uno de los miembros, nuestro grupo rebasó cum laude el listón.
FICHA ARTÍSTICO-TÉCNICA
Escenografía Isabel Becerril
Iluminación Isabel Becerril
Vestuario Serio Mirón
Música Alberto Rosas
Asesor de verso Antonio Rojas
Coreografía Evelia Kochen
Producción Centro Nacional de las Artes, Subdirección General de Educación e Investigación Artísticas, Escuela Nacional de Arte Teatral
Coordinación de producción David Castillo
REPARTO
Miguel Jiménez
Patricia Loranca
Abraham Villafaña González
Daniela Miranda
Holil Heredia
Daniela Plaza Gómez
Carlos Herrera
Sergio Carazo Cardona
Ange Fragoso Mendoza
Bruno Sánchez
Luiz Ricart
Fernando Moctezuma
Pablo Ramírez
Eduardo Arriola Miguel
Alfonso García