La Asociación Cultural La Tropa, de Colombia, pone este fin de semana sobre las tablas del Teatro Municipal el espectáculo ‘Quijote, espejo del hombre’, una selección de pasajes de la obra cumbre de Miguel de Cervantes, fundamentalmente pertenecientes a su primera parte, si bien igualmente incluye citas de soslayo a contenidos aparecidos en la segunda parte de 1615.
La representación supone un continuo aunque sosegado devenir de situaciones escenificadas por unos jóvenes actores como Maryury Ruíz López, Robinson Cardona Rengifo, Jonathan Rodríguez Obando, Diego Zabala Vargas, Bárbara Figueroa Caelles y Gustavo Vidal Agudelo, quienes no sólo entonan sus frases correspondientes, sino que también acompañan la representación con el sonido de distintos instrumentos musicales como guitarra española, bajo, charango, clarinete o acordeón, convirtiéndolos en una especie de lubricante que torna las entradas y salidas de las escenas más suaves, menos abruptas.
La obra muestra distintas fases del pensamiento errático de Don Quijote, sin orden cronológico con respecto al libro de Cervantes, en las que el caer y volver a ponerse en pie es su hilo conductor, hasta desembocar en la muerte, cuerdo, de Alonso el Bueno, antes conocido por el Caballero de la Triste Figura.
El uso armónico de distintos recursos de los que echa mano la versión dirigida por José Antonio Mejía Román, entre ellos el empleo de marionetas y máscaras, dota a la escena de cierto dinamismo, si bien incluso las escenas de mayor movimiento son tratadas y escenificadas con armonía.
Cabe destacar la interpretación -casi encarnación- que Robinson Cardona plasma de Don Quijote, emotivo, humano, loco, cuerdo, con un declamar que no cayó en la exageración dramática, sino que enciende la compasión -admiración, en realidad- de tan elevado personaje. Acaso el que más.