Enrique Carbajal González, conocido popularmente como Sebastián, quiere reforzar con esta donación su relación con Piedrabuena, donde ya se disfruta de una de sus obras, gracias a lazos de amistad que desde hace décadas mantiene con el periodista Manuel Rodríguez Mora, quien fue delegado en América Latina y director de información de la Agencia Efe en la década de los ochenta.
En una entrevista, Sebastián, que venía de visitar Italia, donde participó en varios actos de reconocimiento en Treviso, Venecia y Roma, aprovechó su viaje a Europa para ver una de sus obra, una cruz de tres metros realizada en esmalte acrílico de título ‘Cristo negro’, que quedó instalada durante la pandemia en una de sus plazas principales y a cuya inauguración no pudo asistir por las restricciones de movilidad que se produjeron en ese momento.

El escultor mexicano, que se mostró encantado con el espacio donde quedó instalada su obra, comentó que la Fundación Sebastián ha decidido donar una nueva obra a Piedrabuena, con la que agradecer el vínculo adquirido con este municipio a través de esta amistad.
La obra, explicó, “es una bonita esfera, de forma abstracta, que mantiene el volumen y mi diseño particular”. Ahora será el Ayuntamiento de Piedrabuena quien de acuerdo con el artista plástico buscará la mejor ubicación para que luzca esta nueva obra de Sebastián en España.

La obra, reconoció, refleja todo aquello que le ha inspirado durante su larga ya trayectoria artística, que no es otra cosa que su pasión por impregnar de geometría y matemáticas sus obras.
“Mi obra es geometría pura, matemática que parte de la topología”, señaló, asegurando que a partir de los modelos matemáticos que realiza, diseña esos modelos escultóricos que se pueden ver por medio centenar de países del mundo por los que está repartida su obra.
Sebastián reconoce que no ha parado nunca de trabajar y que mantiene intacto su espíritu por crear, hasta el punto que actualmente trabaja en varios proyectos a la vez.
“Ahorita estoy trabajando en el más emocionante para mí, aunque todos son emocionantes, pero el más grande es una arquitectura para el diseño de un museo de ciencia que se llama ‘Cuántica’ y que está diseñado con la visión de la mecánica y la física cuántica y basado en el número cuántico 173”.
“El cascarón o la forma general de este museo es una relación de espines, de partículas girando, haciendo de la estructura una obra en si” en el que, aseguró, ha llegado a alcanzar “la divina proporción o la sección áurea”. El museo se abrirá al público en Pesquería, localidad de Nuevo León, un área muy importante en desarrollo de este estado mexicano.

Junto a este trabajo, Sebastián también trabaja en ultimar una gran obra que se podrá ver en un municipio cercano a Detroit: el encargo es una pieza de 34 metros de altura que llevará por título ‘Dualidad’.
El escultor mexicano aprovechó su presencia en Piedrabuena, donde estuvo acompañado por el alcalde, José Luis Cabezas, para mostrar sus transformables, sus famosos cubos que elaboró en la década de los años 70, realizados con papel, cartón y plástico.
Son cubos a los que se le van desplegando las partes que lo conforman, de tal manera que de uno surgen otros más y así sucesivamente, creando varias combinaciones de colores y adoptando diversas formas geométricas. Algunos de estos cubos están dedicados al polímata Leonardo Da Vinci, el genio alemán Alberto Durero o el pintor mexicano Rufino Tamayo.