El Corral de Comedias de Almagro se llenó este lunes para distinguir al iluminador valdepeñero Juan Gómez-Cornejo, reconocido profesional que ha trabajado con los grandes directores de escena de este país y que ha contribuido de forma muy especial a revalorizar la iluminación como “un elemento tan significante como cualquier otro del drama. La luz es aliento, soplo y vida, sin ella se ahogarían los personajes”, resaltó el dramaturgo y director, Alfonso Zurro, en un acto de homenaje en el que la directora de la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC), Helena Pimenta, dio las gracias al autor valdepeñero por tantas noches de creatividad y “versos iluminados”.
Pimenta, que fue la encargada de la entrega de la medalla del homenaje a Gómez-Cornejo, leyó un texto de la directora general del Inaem, Amaya de Miguel, que felicitó al Festival de Almagro por esta distinción a un “hombre de teatro y talento excepcional”. Este homenaje honra al Festival, a Gómez-Cornejo y a todos los profesionales que hacen posible las representaciones escénicas, apreció De Miguel, que consideró al autor valdepeñero un pionero en su campo, con quien la iluminación ha dado un salto gigantesco hacia adelante, sabiendo conjugar técnica y estética y contribuyendo a que adquieran una nueva dimensión la luz y la sombra como vehículo para transmitir emociones.
Con “pasión y entrega a su oficio”, dijo Gómez-Cornejo desarrollar su profesión durante más de tres décadas en el teatro que es un “trabajo de equipo” y aseguró haber contado con la fortuna de encontrarse con compañeros que se han dejado contagiar por la “pasión por la luz”. Gómez-Cornejo, que agradeció el apoyo y cariño del mundo teatro, dijo con buen humor que no hace mucho alguien, después de explicarle su trabajo, lo resumió diciendo que se dedicaba a encender y apagar la luz, con lo que le preguntó si por eso le pagaban, de manera que afirmó que si ahora le dice que le han hecho un homenaje “no se lo va a creer”.
El iluminador valdepeñero valoró de forma muy positiva que se den en vida estos reconocimientos y que con ellos se visibilice a los profesionales anónimos que están detrás de la producciones, saludó a su tío Manolo, de 96 años, que acudió al homenaje y se lo dedicó a su familia que en un principio no entendió que cambiara el magisterio por el teatro. También recordó anécdotas en diferentes espacios del Festival de Almagro, como cuando un vecino del Corral le reprendió porque llevaba toda la noche jugando a ‘los numeritos’ -en relación con las instrucciones que daba a los técnicos sobre la iluminación-, deseó que pronto vuelva a ser escenario de representaciones el Claustro de los Dominicos y felicitó al director técnico del Festival, Francisco Leal, y a todo su equipo por un continuado trabajo de calidad que anima a las compañías a regresar a Almagro.
Merecido homenaje
El acto, que comenzó con la intervención de la actriz Marta Poveda y en el que se pudo disfrutar de la actuación flamenca de Carmen Cortés y Gerardo Núñez, contó con la laudatio del alcalde de Valdepeñas, Jesús Martín, quien aseguró que, al igual que Valle Inclán dijo en una condecoración recibir agradecido la distinción que merecía -lo que sorprendió ya que suele ser habitual que los premiados esgriman que no se lo merecen, a lo que el dramaturgo espetó que se excusaban ‘con razón’-, Gómez-Cornejo merecía este homenaje y el reconocimiento del mundo del teatro.
Martín, que subrayó que el teatro quiere a su paisano porque éste quiere al teatro que ha contribuido a engrandecer con su trabajo, recordó que hace unas décadas los estereotipos sociales hacían que hubiera tres grupos en función de las capacidades personales y económicas. Al primero, iban los inteligentes y con posibilidades como ocurría con los que se hacían médicos, al segundo los listos sin muchos recursos que se convertían en, por ejemplo, maestros y al tercero los restantes que aprendían un oficio. En esta escala, Gómez-Cornejo se apeó del segundo al tercer grupo y se convirtió en un profesional brillante que le ha permitido escalar al primer grupo, expuso Martín, que dijo que el iluminador valdepeñero lleva clavada en el iris de sus ojos la luz de los cielos de La Mancha.
Artista de la luz
En el homenaje, también participaron el alcalde de Almagro, Daniel Reina, que calificó como un artista de la iluminación a Gómez-Cornejo, natural de una tierra como La Mancha con una poderosa luz que puesta al servicio del teatro es como un milagro; y el vicepresidente de la Diputación, David Triguero, que consideró un orgullo homenajear a un paisano en uno de los principales eventos culturales del país y puerta de entrada a Castilla-La Mancha, al tiempo que resaltó que con este reconocimiento a un iluminador, artista y técnico muchos profesionales se van a sentir identificados.
Además, intervino el director general de Recursos Humanos y Planificación Educativa de la Consejería de Educación, Cultura y Deportes, Antonio Serrano, que destacó que el teatro es una labor colectiva que mueve a muchos profesionales, resaltó el papel del iluminador que convierte los focos en fuente de inspiración y la luz en herramienta para transmitir mensajes, consideró importante tener referentes cercanos de profesionales con una destacada trayectoria como ejemplos que llenan de orgullo a su gente y elogió a Gómez-Cornejo por ser profeta en su tierra y por tantos y tan buenos espectáculos en los que ha volcado su sensibilidad y creatividad.