A. R.
Ciudad Real
Todo tipo de ranas, sapos, lagartos, culebras, tritones y salamandras de la Península Ibérica y Canarias se han colado en la segunda planta del Museo de Ciudad Real (popularmente conocido como Museo Provincial) para formar parte de la exposición ‘Reptiles y Anfibios’ que exhibe a partir de hoy la riqueza y variedad de esta fauna que suele ser “muy desconocida” y que, a veces, se asocia con ideas equivocadas que no contribuyen a su preservación.
Mientras que a las serpientes se las asocia con el veneno o la tentación, a las tortugas se les atribuye cualidades como la paciencia, la perseverancia e incluso la longevidad, pero todas son necesarias en el equilibrio medio ambiental, destaca la técnico-gestor cultural, Pilar Molina, que recuerda que víboras y culebras se alimentan de insectos y roedores, evitando una proliferación excesiva de los mismos, además de otras utilidades como el uso del veneno de las serpientes para cosmética o la investigación que se realiza en el campo de los transplantes de la capacidad de las salamandras de regenerar distintas partes de su cuerpo, sin olvidar el uso culinario de algunas especies como ocurre con las ancas de rana.
Aunque parezcan reales, los reptiles y anfibios presentes en la muestra son réplicas a tamaño real de la firma Boscai, mostrándose en una de las vitrinas cómo Eleuterio Baeza Chico, conservador del Museo Geológico y Minero de Madrid y natural de Viso del Marqués, crea los moldes para las figuras de estos animales, mientras que Luis Ruiz Carrasco las pinta. La exposición está conformada por otras 14 vitrinas con rigurosas réplicas de más de 60 especies en recreaciones de sus hábitats, lo que se acompaña de paneles explicativos de las características de cada reptil y anfibio.
‘La naturaleza es grande en las cosas grandes, mas es grandísima en las cosas diminutas’, de Jacques Henri Bernardin de Saint-Pierre, y ‘Todas las obras de la naturaleza deben ser tenidas por buenas’, de Cicerón, son las dos grandes frases que los visitantes se van a encontrar en las paredes del espacio expositivo donde se despliega una muestra que refleja el gran valor de este patrimonio natural y anima a conocer mejor y respetar a estos animales, buena parte de los cuales se encuentran en peligro de extinción y cuya presencia, al ser muy sensibles a la contaminación, es un indicador de una buena conservación del ecosistema.
Didáctica muestra
De los apenas 9 centímetros de la lagartija ibérica a los cerca de 80 del lagarto ocelado, se pueden encontrar en la exposición réplicas de lagarto ágil, verde, verdinegro y tizón, lagartija colilarga, cenicienta, colirroja y serrana, además de salamandra común, gallipato y tritón palmeado, alpino, ibérico, jaspeado y pigmeo. También se hallan en la muestra la rana común y patilarga, las ranitas de San Antonio y meridional, el sapo de espuelas, los sapillos moteado y moteado ibérico y galápagos europeo y leproso. En cuanto a las culebras, están la meridional, lisa europea, viperina y ciega, así como la bastarda y de escalera que pueden llegar a medir dos metros, y las de herradura y verdiamarilla, de atractivas pieles, a las que se suman las víboras de Seoane, hocicuda y áspid. Hasta pasadas las Navidades, se realizarán talleres de martes a viernes por las mañanas dirigidos a escolares de 6 a 12 años, además de visitas guiadas para estudiantes de la ESO. Ya están concertados talleres para 30 grupos de alumnos de toda la provincia que realizarán, al finalizar el recorrido por la exposición, actividades de papiroflexia en las que crearán ranitas saltarinas de papel y títeres de dedo con forma de serpientes, tortugas y salamandras.