Mercedes Camacho
Ciudad Real
En el año en el que se ha producido una mayor bajada presupuestaria en la organización del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro -fundamentalmente en lo que se refiere a la financiación privada, según la directora del certamen, Natalia Menéndez-, el Museo Nacional de Teatro de Almagro, dirigido por Andrés Peláez, ha decidido “echar el resto” y ha organizado más exposiciones que ningún otro año, llegando hasta cinco.
Y es que, según explicó a Lanza Peláez, “aprovechando que las exposiciones las podemos organizar en su mayoría con los importantes fondos que tenemos, nos hemos puesto manos a la obra y hemos querido contribuir para ofrecer al público más que nunca”.
En este sentido, en la iglesia de San Agustín se podrán ver este año hasta tres exposiciones que, aunque son independientes, tienen un hilo argumental que “hace un recorrido extraño” del paso del teatro al cine.
Así, la primera de las muestras, indicó Peláez, es Arquitectura de los sueños: colección de maquetas y teatrines del museo nacional del teatro, donde se expondrán algunos construídas entre 1940 y 1945 como los de Peribáñez y el comendador de Ocaña, Sueño de una noche de verano o Don Gil de las Calzas verdes, además de otras anteriores del Teatro Real como la de la ópera El motín de Esquilache y de una tercera serie que recrea escenas como la dedicada al desaparecido Corral del Sol de Madrid o una representación de Farinelli ante la fuente del palacio de La Granja y otra en el Palacio del Infantado de Guadalajara.
“En total, se van a exhibir por primera vez 30 teatrines de nuestros propios fondos que ya pudieron ver los príncipes y las infantas Leonor y Sofía en la reciente visita sorpresa que hicieron a Almagro”, aseguró el máximo responsable del Museo Nacional del Teatro.
De esta muestra se pasa a la segunda, Una vuelta al mundo de la linterna mágica, que lleva a los inicios del cine a través de dibujos de carácter teatral y que llegará a Almagro gracias a un acuerdo con la Universidad de Salamanca.
La tercera, y última de las exposiciones que se podrá ver en la Iglesia de San Agustín es El Cinefluo: navegación simulada de Giorgio Busato. Busato fue un escenógrafo veneciano de principios del siglo XX que hizo el primer intento de lo que podría ser un parque temático o de atracciones. Se trataba de recinto similar a un barco en el que, al apagarse las luces, se proyectaba una película marítima con efectos que transportaba al espectador a otros lugares, aunque no tuvo demasiado éxito.
“En definitiva, las tres exposiciones, aunque tienen identidad propia pero también continuidad, son una mezcla de cine y teatro así como de las nuevas técnicas cinematográficas que crearon estos espectáculos”, indicó Andrés Peláez.
Pionera
La cuarta de la exposiciones es Los abrazos de la farándula. Fotografías José Carlos Nievas como hace un año avanzó el propio artista a este periódico y estará instalada en todas las salas del Museo Nacional del Teatro.
“Vamos a sustituir los cuadros del museo por las fotografías tan originales de Nieva, de forma que junto a María Guerrero o Margarita Xirgú, estarán Blanca Portillo o José Sacristán.
Se trata de producir un abrazo en el tiempo a través de las fotografías y de las exposiciones permanentes del museo ya que, además, Nievas monta sus fotos sobre las traseras de cuadros del museo”, aseguró Peláez, quien agregó que “es la primera vez que se va a poner en marcha una iniciativa de este tipo en un museo, ya que una exposición temporal se va a entremezclar por todas sus salas”.
En este sentido, José Carlos Nievas explicó en una entrevista a este periódico que la obra que se va a poder ver este año en el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, está basada en una técnica muy cercana al grabado, en la que trabaja con fotografía digital que somete a un tratamiento químico posterior que se caracteriza “por mostrar el alma de quienes posan para su objetivo, al tiempo que se acercan a una técnica neoexpresionista impregnada de un color intenso, fundamentalmente rojo y amarillo”.
Peláez recordó, además, que esta exposición hace un amplio recorrido por todos los que hacen que el público pueda disfrutar de un espectáculo teatral, desde el actor al camarero del bar, pasando por el director, escenógrafo…
Homenaje
Finalmente, cierra este ambicioso ciclo de exposiciones una sobre Ángel Fernández Montesinos que se organiza en el Museo del Encaje y la Blonda coincidiendo con el homenaje que le va a rendir el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro a este puntal de la dirección escénica, amante de la música y director de más de 25 zarzuelas y múltiples musicales, atesora un variado e intenso repertorio a lo largo de una prolífica trayectoria profesional en la que ha firmado innumerables puestas en escena de distintos géneros teatrales, aunque reconoce que el teatro musical es su género favorito y el que considera más difícil.
“Aunque tiene una carrera muy extensa, pero se centrará en el trabajo que realizó en los años 60, cuando se dedicó más al teatro infantil y juvenil con montajes como Peter Pan -en el que debutó Emilio Gutiérrez Caba-, Platero y yo y La pandilla va al teatro. En este caso, aún nos quedan por seleccionar las piezas que se van a exponer, para lo que contaremos con el propio Fernández Montesinos”, concluyó Peláez.