Su autora, la ciudarrealeña Consuelo Morillo Calero, expone en la galería superior del patio del Villaseñor veinticinco instantáneas captadas en sus últimos viajes a siete países, buena parte de África y Asia, además de América Latina.
“Me apasiona viajar porque desconecto muchísimo, me gusta conocer la diversidad que hay en el mundo, estar ahí y comprobarlo”, aseguró Morillo Calero, en la inauguración de la muestra en Ciudad Real que, previamente, se pudo presenciar en la Casa de la Capellanía de Miguelturra.

“Me gustan los viajes que me enfrentan a cosas que no hay aquí, completamente nuevas. Me aportan una barbaridad, aprendes muchísimo a respetar a la gente vivan como vivan, sean todo lo humildes que sean”, destacó la autora ciudarrealeña, que ha elegido para esta muestra, con un relevante componente etnográfico, fotografías tomadas en los últimos doce-quince años en Botswana, Kenia, Madagascar, Etiopía, Sri Lanka, Tíbet y Ecuador.

Masais de Kenia, bosquimanos de Bostwana un mercado con camellos o dos hombres que se dirigen a arar en Etiopía, una novia el día de su boda en Sri Lanka y dos monjes tibetanos junto a una cabra son algunos de los protagonistas de esta muestra fotográfica que puede presenciarse hasta el 22 de julio.

“Si hay una palabra que describa lo que hago es la diversidad con la que me enfrento y me pone en mi sitio cuando viajo a esos países”, apreció Morillo Calero, quien busca con su fotografía mostrar la diversa belleza de la humanidad y “transmitir que hay en el mundo otras gentes con otras vidas tan dignas como las nuestras”.

Se desplaza por el planeta generalmente sola en viajes organizados, en los que también va conociendo gente con la que repite otras aventuras. ”Ahora, para octubre, estamos programando un viaje a una zona de China”, donde esperar retratar a minorías étnicas, avanzó la fotógrafa manchega, a quien a veces le preguntan si no le da miedo estas singladuras, a lo que responde “vamos a ver, con sentido común se puede ir a muchos sitios”.

Con la fotografía con la que conecta especialmente es con la de la puertollanense Cristina García Rodero. “Coincido mucho con ella” porque en su producción se nota que “no es una fotógrafa que hace posar a la gente como otros grandes fotógrafos o que gasta grandes cantidades de dinero, llevando mucha gente detrás, mucha escenografía y puesta en escena”. Admira la obra de reconocidos autores como Sebastião Salgado o Jimmy Nelson, pero se identifica “con García Rodero porque se nota que es una fotografía más espontánea. Todas son muy buenas, pero ella es cercana”.
