La exposición de Mapas de Memoria “El cuerpo ausente, tantas maneras de despedirse, tantas formas de pervivir” ha abierto sus puertas en el Museo Cristina García Rodero de Puertollano. Tras catorce años de investigación esta exposición condensa parte de lo encontrado a lo largo de este trabajo por diferentes investigadores en la provincia de Ciudad Real.
La exposición parte del despacho de un dirigente fascista en el que un enorme fichero con 17.000 fichas -reproducciones exactas de las auténticas- pone el foco en cada una de las personas y sus ideologías “malas y muy malas”, según consta en algunas de estas fichas. En este mismo espacio las fotografías de todas aquellas personas que cayeron en mano de los fascistas y cuyas fotografías eran arrancadas de sus carnés de identidad para tenerlos allí bien fichados.
Tras este despacho se llega a la zona del pueblo, en los años 40, 50 y 60 del siglo pasado, donde se muestran documentos con cambios de nombres para aquellos que se llamaban Libertad, Lenin u otros nombres de similares características, fueron cambiados de manera automática. También se pueden ver dos bandos originales del Ayuntamiento de Puertollano donde se prohibían, entre otras, las fiestas de Carnaval.
Tras esta zona del pueblo los contextos más carcelarios y las formas de resistencia que llevaron a cabo cada una de estas personas que hoy son recordadas a través de esta exposición para que no caigan en el olvido.
Desde la cárcel se puede acceder a los hogares de esa época, a los sentimientos más personales, a los recuerdos guardados con mimo y esmero durante años porque esos recuerdos era la única conexión que quedaba con los familiares que murieron durante esta época franquista. Las familias han abierto a estos investigadores sus casas y sus cajas de recuerdos, esas que guardan un lugar privilegiado en sus viviendas, para darlas a conocer y de ahí que el pueblo y la sociedad actual también sepa de ellas.
Las cartas de despedida escritas por estos represaliados forman una nueva sala expositiva y los rostros ausentes llegan hasta un campo lleno de flores donde la historia de una pequeña medalla localizada en una exhumación en Manzanares hace recorrer a estos investigadores media España para localizar a sus familiares y devolverles esa medalla que permaneció junto al cuerpo de esta persona durante décadas.
En la planta baja de este Museo las “rapas das bellas” y la represión de las mujeres en la época franquista, en total 4.000 miniaturas de las rapas as bellas de Fernando Sánchez del Castillo esperan a los visitantes para que dejen su mensaje y a cambio se lleven una de estas mujeres rapadas en miniatura que también sufrieron la represión franquista en sus carnes. Sánchez del Castillo señalaba que es “un memorial compartido, cada uno se puede llevar una representación de una mujer rapada, de postguerra, de postrauma, se trata también de que haya un intercambio de llevarse una historia pequeñita y tejamos otra historia en la sala de exposiciones para que, a través de mensajes, se plasmen las ideas y sentimientos sobre estas mujeres rapadas”.
Sánchez del Castillo ya había realizado con anterioridad otras obras artísticas relacionadas con la Guerra Civil. La pieza que en estos momentos, y hasta el 31 de mayo, se puede ver en el Museo Cristina García Rodero es también el reflejo de otras sociedades, “la violencia se ejerce sobre todo sobre los civiles, son los que más surgen los traumas de la guerra y la postguerra, me apetecía mucho reflexionar sobre esta figura”. Para cada una de las personas que se llevará una miniatura de esta escultura Sánchez del Castillo les pide que “tengan una vida lo más pacífica posible, que favorezcan el diálogo, la cultura en todos los ámbitos y que huyan de las posiciones extremistas y se dediquen a enriquecer el planeta en vez de destruirlo”.
Jorge Moreno, investigador de Mapas de Memoria, indicaba que tras 14 años de investigación se pone en marcha esta exposición para contar las miles de historias encontradas en viejos papeles, las miles de historias en boca de tanta gente, “que la gente se siente en estas mesas y escuchen las historias, invitamos al espectador a que se siente y a observar esas pequeñas cosas que hemos ido encontrando a lo largo de 14 años, no es una exposición sobre el pasado sino sobre la relación que se establece con el presente”.
El alcalde de Puertollano explicaba que “esta exposición pone muchos puntos de nuestra historia donde tiene que estar, es preciso que reivindiquemos nuestra historia y la conozcamos”. Muñiz, ante todos los asistentes a la inauguración, contaba una cuestión personal señalando que su abuelo estuvo diez años en la cárcel, quería que su primer hijo se llamara como él, Enrique, pero tuvo que ponerle el nombre de su carcelero, Manuel, su hijo se llamó Manuel España y solo su última hija pudo llamarse Enriqueta, “esto era lo que sucedía”.
Por su parte, Petra Sánchez, desde la Diputación de Ciudad Real, ponía en valor este trabajo realizado por un equipo técnico de investigadores “que está dando sus frutos, esas personas que estaban en el olvido y que gracias a este trabajo se puede dignificar, ya no están en el olvido sino que forman parte del recuerdo de todos”.
Desde la UNED, la vicerrectora Rosa María Martín, afirmaba que a través de estas exposiciones “se plasma la proyección de muchos grupos de investigación” y al mismo tiempo se pone en valor a través de esta actividad “la investigación de Mapas de Memoria, es importante que la sociedad en general conozca lo que las universidades hacemos”.
Al mismo tiempo todos mostraron su agradecimiento a las administraciones que apoyan este proyecto como es la Diputación de Ciudad Real, el gobierno de España o el gobierno regional y el Ayuntamiento de Puertollano, así como el trabajo que ha realizado en estos años Mapas de Memoria.
