Cuando nos disponemos a escribir la crónica de la ópera ‘Rigoletto’, representada ayer día 5 en el Teatro Quijano de Ciudad Real, recibimos con tristeza la noticia del fallecimiento de la soprano Monserrat Caballé. En la nota hecha pública hoy por el Teatro de la Zarzuela, el director Daniel Bianco afirma que “Monserrat es una de las cantantes que más ha alimentado el alma del mundo entero”. La función de hoy sábado en el madrileño Teatro de la Zarzuela, que pone en escena ‘Katiuska’, estará dedicada a la soprano fallecida. El mundo de la cultura musical está de luto en todo el mundo.
Pero ahora, vayamos a la función que ayer nos ofreció el Teatro Quijano de Ciudad Real: la ópera ‘Rigoletto’, de Giuseppe Verdi. La historia de un bufón que siente adoración por su hermosa hija, a la que quiere hurtar a las miradas y deseos de los hombres, pero que una desgraciada concatenación de hechos acabará borrando del mundo de los vivos.
Según la RAE, el bufón, del italiano Buffo, “es un Cómico cercano a lo grotesco o a lo chocarrero”, de las voces buffone y buffo. La RAE, en un primer significado lo define como buhonero y, en una segunda acepción, como chocarrero, y también individuo que divierte a reyes y cortesanos, o simplemente truhán que se dedica a hacer reír.
En suma, un Bufón es toda aquella persona que hace reír con su ingenio, sus gracias o sus desgracias. Y en su sentido histórico, los bufones (hombres, mujeres o niños, enanos, deformes o grotescos) han venido gozando de un lugar de privilegio al lado de reyes y poderosos. Pero también el bufón, como personaje, ha estado inserto en un destino ambiguo y cruel en la historia de la Humanidad, y posee un acentuado perfil de amargura y frustraciones internas.
Bufones famosos
Los bufones han tenido predicamento desde la antigüedad griega y romana, y también en la Europa de los siglos V al XVIII. De ellos hay buenas muestras en la dramaturgia, y también en la pintura, especialmente en la de Velázquez, que llegó a representar a casi una decena de ellos.
Los bufones menudearon en la corte de los Austrias, como dejó patente la galería de retratos pintados por Velázquez, seguramente el pintor que más los ha reflejado. En la galería velazqueña de enanos y bufones de la corte de los austrias españoles, pueden verse a Nicolasito Pertusato, el bufón italiano, y a la enana Mari Bárbola, ambos famosos desde que aparecieron retratados en primer plano en Las Meninas. Pero hubo otros cuadros de Velázquez sobre los bufones, todos ellos hoy en el Museo del Prado. Y no sólo bufones, ya que también hubo bufonas en la historia.
Por su parte, escritores como Diego de Saavedra Fajardo, en sus ‘Empresas’, y Quevedo en sus ‘Zahurdas’, los describen alternativamente como afortunados cortesanos o como “espías públicos de los palacios y los que más estragan las costumbres de los reyes”. También el bufón, como personaje cómico o tragicómico, ha estado presente en casi todas las dramaturgias, desde Shakespeare a la Commedia dell’Arte, con el nombre de arlequín. Pero nuestro bufón de hoy se llama ‘Rigoletto’, y la acción y tragedia de su vida se desarrolla en la ciudad de Mantua (Italia) y sus alrededores, durante el siglo XVI.
Giuseppe Verdi
Este compositor romántico italiano de ópera (Busseto, 10/10/1813, Milán 27/1/1901) es tal vez el compositor de ópera más notable e influyente, que sirvió a su vez como un auténtico puente entre el belcanto de Rossini, Donizetti y Bellini, y la corriente del verismo y Puccini, otro gran autor operístico italiano.
Compuso una treintena de óperas, tres de las cuales están basadas en obras de Shakespeare (Macbeth, Otello y Falstaff). Aunque también compuso otras obras no operísticas, incluyendo una Misa de Réquiem, un Te Deum y muchas más, incluidas las escritas para la orquesta de Busseto, que más tarde destruiría el mismo autor.
Resulta curioso que su nombre VERDI se usase como acrónimo político clandestino en favor de la unificación italiana (Vittorio Emmanuele Re D’Italia). La trilogía popular o romántica de Verdi está compuesta por Rigoletto, La Traviata e Il Trovatore, a las que hay que sumar sus notables obras de madurez como Aida, Don Carlo, Otello y Falstaff.
Rigoletto
‘Rigoletto’ es un melodrama en tres actos con música de Giuseppe Verdi y libreto en italiano de Francisco María Piave, basado en la obra teatral ‘Le Roi s’amusse’, nada menos que de Víctor Hugo. Estrenada el 11 de marzo de 1851 en el teatro La Fenice de Venecia, está considerada como una de las primeras obras operísticas del periodo más fecundo de Verdi, aunque no del fin de su carrera.
La ópera ‘Rigoletto’ se ha definido como un drama de pasión, engaño, amor filial y venganza (la maledizione) que tiene como protagonista a Rigoletto, el jorobado bufón de la corte del Duque de Mantua. Perdida trágicamente su esposa, sólo vive para su hija Gilda, que atesora avaramente en su casa, lejos de miradas y deseos. Sin embargo su hija ha conocido en la iglesia a un joven caracterizado como estudiante, pero que es realmente el Duque.
Ambos quedan perdidamente enamorados, pero una serie de equívocos motivados por el pueblo, que ve en Gilda a la amante de Rigoletto que no merece, encadena una serie de acontecimientos que terminan con la vida de la joven, y también con la vida afectiva de su padre, y la pasión amorosa del Duque.
La función
Con 60 artistas en total (30 músicos de la OFMAN, 20 más en el coro, y 10 solistas), la función de ayer mostró un gran equipo, y además un equipo excelente. En un complejo y abigarrado escenario, en el que el decorado único acogía los diversos ambientes tan sólo con un cambio de iluminación. Todo en ello en aras de una mejor comprensión, operatividad y traslado en una obra, cuya representación está prevista en numerosos escenarios de la geografía nacional, y a la que auguramos un buen rodaje.
Nos gustó especialmente Manuel Mas como Rigoletto, de potente y bien timbrada voz, lo mismo que Olena Sloia en el papel de Gilda. Esta joven de origen rumano, educada en Ucrania y actualmente residente en Alemania, como nos dijo al término de la función, posee una voz potente, afinada y tan delicada como su grácil y menuda figura. Todos los solistas parecen haber sido escogidos con brillantez, y queremos recordar a nuestro paisano Daniel Báñez en el papel de Monterone.
Hace años que conocemos a Báñez, y venimos observando con satisfacción sus evidentes progresos. Desde aquellos años que tan sólo dirigía el Coro Universitario, al papel destacado en diversas óperas, hay un largo y exitoso camino. Cuando buscábamos a los artistas en el escenario, pudimos también saludar a la Soprano de Coloratura Gema Scabal, que nos ha deleitado en diversas ocasiones en este mismo escenario.
La presencia de Ignacio García, flamante director del Festival de Teatro de Almagro, se hace notar como director escénico. Lo mismo que el buen hacer de Francisco Antonio Moya como director de la OFMAN, una orquesta de nuestra tierra, compuesta por jovencísimos y bien trabajados músicos. Como de nuestra tierra albaceteña es la responsable del montaje: ‘Producciones Telón’.
Ampliando repertorio
Tras el éxito de la ópera ‘Nabucco’, que hemos podido ver hace unos meses, Producciones Telón se ha atrevido a acometer una de las obras cumbre de Verdi, este ‘Rigoletto’, famoso por varios de sus hits (Bella figlia dell’amore o Ella mi fu rapita), pero el más conocido es el de La donna é mobile qual piuma al vento, muta d’accento e di pensiero… (‘La mujer es voluble como pluma al viento, cambiando de palabra y de pensamiento’, como es fácil deducir).
Es con este canto con el que exterioriza el duque de Mantua el amor que considera ha sido vano y pasajero, de la humilde Gilda. Pero lo cierto es que Gilda ofrece su vida para salvar la de su amado. El desgraciado error no tendrá remedio, y con la muerte de su hija ‘Rigoletto’ perderá para siempre su tesoro más preciado, y el Duque de Mantua perderá también con ella el amor.
Brillante este ‘Rigoletto’, como los montajes a que nos tiene acostumbrados Ignacio García. En una colaboración con la orquesta OFMAN que ya viene siendo habitual, y con la que obtiene el mejor el mejor partido de los momentos musicales presentes en la memoria de todos. Dos horas y media con los entreactos, cuyo tercero y último acto, cargado de emotividad, pone el corazón en un puño al espectador. Lástima que el aforo del Quijano no estuviese completo…
De Ciudad Real parte ‘Rigoletto’ a la alicantina Crevillente, cuyo ‘Orfeón Crevillentino’ también hemos podido aplaudir en nuestra ciudad. La ópera ha sido posible en Ciudad Real, gracias al ‘Programa Actuamos’, de las Artes Escénicas y Musicales de Otoño en Castilla-La Mancha, y del Ayuntamiento de la capital
Reparto
Rigoletto: Manuel Mas
Gilda: Olena Sloia
Duque de Mantua: Jesús Álvarez
Sparafucile: Christian Díaz
Maddalena: Sandra Ferrández
Monterone: Daniel Báñez
Coro Quercus Robur, Coro AMAO: director del coro Javier Benito
Orquesta Filarmónica de la Mancha (OFMAN), dirigida por Francisco Antonio Moya
Dirección de Escena: Ignacio García.