Elena Rosa
Ciudad Real
Mikel Erentxun regresó a Ciudad Real una década después de sonar en una de las ‘Semanas de la Radio’ que organizaban los 40 Principales y la Universidad De Castilla La Mancha. Sonaba entonces por todas partes el single ‘Mañana’, una canción con el sello acústico, fresco y envuelto en terciopelo de una de las voces más reconocibles de la música pop española.
Tal y como se comprobó en la noche del viernes, traído por Daiquiri Blues, la voz de Mikel sigue siendo la que todos recordamos, aunque con el paso de los años él se gusta más y se nota.
En una combinación perfecta ha ganado en gravedad y matices, capaz de dejar susurros, rasgueos y crujidos en cada vocablo, unido a la gran facilidad creativa que siempre ha tenido para la melodía. La diferencia con aquel lejano 2003 era que esta vez se presentaba en solitario, defendiendo un repertorio que califica de polvoriento, pero como buen corredor de fondo, Erentxun, lo completa sin descanso y a buen ritmo.
El reloj sonoro del tiempo parece detenido cuando rescata singles perfectos de su carrera en solitario: ‘¿Quién se acuerda de ti?’, ‘De espaldas a mi’, ‘A un minuto de ti´, ‘Cartas de Amor’ con un guiño a sus comienzos engarzando la letra de ‘Casablanca´, la propia ‘Mañana’ o la carta de presentación de su último disco ‘24 Golpes’ titulada ‘Sí te vas’.
Arriba
Ni que decir que el ‘sold out’ de media edad se vino arriba y coreó con brío y generosidad cada estribillo. Un público que agotó el pequeño aforo del local en pocos días y arribó desde puntos alejados de la provincia como Valdepeñas o Tomelloso. Por allí anduvo además algún alcazareño del grupo Los Galván (hoy llamados Flacos), al que Erentxun produjo su primer disco. También y seguramente la fan más joven, la cantautora ciudarrealeña María Molina, acompañada de sus padres.
Ella ganó recientemente un vídeo concurso musical de versiones de Duncan Dhu con el tema ‘La Herida’ y en Daiquiri personalmente Mikel le reconoció que guarda una las tarjetas que la joven le entregó el día que se conocieron en el concierto que Duncan Dhu dio en Madrid hace algunos meses. Alguna autoridad también se dejó caer, esta vez de paisano y, en última fila, la alcaldesa, Rosa Romero, dio fe del gran concierto que acogió el Daiquiri Blues.
El cancionero de Erentxun sorprendió a los asistentes con recuerdos a su barrio en San Sebastián ‘Amara’, introduciendo la frase ‘Está luz nunca se apagará’ en ‘Ropa Vacía’, deleitando con lentos acordes y susurros en ‘Éramos dos hielos’, e interpretando ‘24 golpes’, ‘Penumbra’ o ‘Veneno’.
Regresó a 1986, con una impresionante ‘El sueño escocés’, una canción que no ha envejecido en casi 30 años, y giró en el tiempo a un disco poco conocido de Duncan Dhu que les sirvió de despedida en 2001, titulado ‘Crepúsculo’ y que contenía joyas de la altura de ‘Como dioses pequeños’. Al final tuvo que ceder a los gritos del público y, aunque él mismo aseguró haberse “apostado una cena que no iba a cantarla”, finalizó el concierto con la canción ‘Cien Gaviotas’. Larga vida a un repertorio plagado de grandes canciones, larga vida a Mikel Erentxun. o