Precisamente en la biblioteca donde ha trabajado la tira de años, y antes en la Casa de la Cultura del Prado, dará a conocer su debut en la ficción que cuenta con prólogo de otro artista del Campo de Montiel, el humorista José Mota.
José Luis Sobrino, de la editorial Serendipia; Enrique Jiménez, jefe del Servicio de Cultura de la Junta de Comunidades; y Antonio Galán, también bibliotecario y escritor, participarán en la puesta de largo de una obra que es “una recopilación de relatos que narran una serie de sucesos y hechos más o menos divertidos, producidos en esta gran biblioteca pública de Ciudad Real, así como algunos rasgos particulares y curiosos de la misma”.
“También pretendo que sea un reconocimiento hacia las bibliotecas y los bibliotecarios, reflejado por medio de esas vivencias o experiencias propias. Sin olvidar que todo esto se hace con el saludable objetivo de divertir al lector, como bien anuncia en el prólogo José Mota”, expone Jiménez González.
En la contraportada del libro, se puede leer “en las bibliotecas nunca pasa nada extraordinario. Casi nadie les atribuye propiedades especiales de seducción ni de diversión. Para la mayoría, son meros depósitos de libros que conservan nuestra memoria cultural; espacios tranquilos, silenciosos y tristes relacionados con el sufrido acto de estudiar.
Los bibliotecarios, por su parte, casi siempre son vistos como personas serias, eruditas, distantes… siempre vigilantes de toda esa sabiduría conservada y de mantener el silencio. Seres al margen de cualquier suceso divertido, extravagante o molesto, reservados a otros profesionales de la cultura: músicos, poetas, cómicos o danzantes.
Con esa finalidad nació este manual, un poco gamberro, heterodoxo e irreverente, para mostrar que las bibliotecas no son lugares melancólicos ni aburridos ni deprimentes y que, dentro de ellas, suceden hechos normales y cotidianos sí, pero que pueden convertirse en extraordinarios y mágicos cuando son vistos a través de la mirada de quien las ama y las vive”.