El Auditorio Municipal de Puertollano acogerá el sábado, 9 de octubre, a las 20 horas el estreno nacional de “Crónico”, una puesta en escena de Mariano Rochman y dirigida por José Maya, antes de su puesta en escena en el Centro Cultural de la Villa “Fernán Gómez” de Madrid.
Las entradas están a la venta al precio de doce euros en patio de butacas y diez en anfiteatro en globalentradas.com y en taquilla (demiércoles a viernes de 11 a 13 y de 18 a 20 horas).
Crónico es una comedia protagonizada por Gloria Albalate y Mariano Rochman en la que se pone en cuestión hasta donde uno es capaz de llegar para sentirse bien. Habla acerca del amor después de amor. Esa nada llamada desamor. Un estado donde uno no sabe sí está viviendo o soñando una pesadilla; sintiendo que poco aire queda por respirar y que sin esa persona amada la vida no tiene sentido.
Sinopsis
Luego de romper con su pareja, Daniel decide pedir ayuda a una terapeuta con técnicas innovadoras para superar su problema crónico con el desamor. Sesión tras sesión él irá metiéndose en una terapia desconcertante donde tendrá que entregarse al ciento por ciento a las extravagantes propuestas y pedidos de la terapeuta, quien a su vez oculta una extraña actividad que impregnará la terapia de situaciones absurdas y disparatadas. Crónico es una comedia donde se pone en cuestión hasta donde uno es capaz de llegar para sentirse bien. Habla acerca del amor después de amor.
Esa nada llamada desamor. Un estado donde uno no sabe sí está viviendo o soñando una pesadilla; sintiendo que poco aire queda por respirar y que sin esa persona amada la vida no tiene sentido.
Parafraseando a Daniel, nuestro personaje: “sí, se puede ser adicto al amor o a una mujer. No sólo al alcohol o las drogas, te diría que se puede ser adicto a casi cualquier cosa… Y siento que no lo puedo controlar…” Al repetirse esta sensación con cada ruptura se puede afirmar que puede ser, o creer que es, algo crónico. Y sí se cae en manos de una terapeuta con técnicas de dudosa seriedad y que encima tiene como objetivo personal transmutar en Chavela Vargas, la situación se vuelve absurdamente cómica.
