El género indie es un concepto donde encaja todo pero donde no todo vale. Es casi una forma de vida, donde las bases las sostiene un bajo; donde la percusión traslada a los años 80; donde el rock no se mueve de caderas para abajo, sino que obliga también a un ejercicio de brazos y cuellos que se mecen sin ritmo.
El indie es el lugar donde los vaqueros combinan con camisas de cuadro y estampados extraños, las camisetas de Extremoduro y hasta con barbas de palmo y medio. Es el refugio donde las groupies llevan las gafas de sol sobre el pelo a modo de diadema, aunque los conciertos sean de noche, porque ser indie, obliga a ser una persona despreocupada, que disfruta de la música, de los colegas y de los brindis a deshora, porque la vida debería entenderse como una celebración de lo que nos rodea.
El primer Imposible fue todo eso. Un lugar mágico como el Silo de Almagro, el olor a hamburguesas llamando al apetito, los abrazos para cantar los himnos de Stanich a coro y reivindicar la generación perdida que cabrea a Biznaga.
El comienzo de todo, fue la música de Páramo Unión que permitió calentar los motores de un festival de ocho horas, que se pasó casi tan rápido como un curro a media jornada.
Sobre las once de la noche subió al escenario el rock cañero de Biznaga, a los que siguió Rufus T. Firefly y su psicodelia hecha música con la que hizo navegar a los presentes.
En plena madrugada saltó al escenario al que casi todos estaban esperando y que por supuesto no defraudó, Ángel Stanich, casi un Dios alternativo, que hizo disfrutar a las cerca de mil personas que se concentraron en Almagro, con los temas de su último disco, Polvo de Battiato que salpicó con sus míticos Rey Idiota, Mátame Camión o una Temporada en el Infierno; que al fin y al cabo, es donde comenzó todo, para un tipo que estudió periodismo, que rechaza las entrevistas y que con su estilo ha conquistado al género.
Este 24 de septiembre ya es historia en Almagro, pero una historia sobre la que se volverán a reescribir nuevas páginas de música, de colegas y de noches sin dormir.