“Nosotros nos hemos atrevido a llamarle para que esté aquí”, indicó Francisco Cañizares, a lo que respondió Antonio López: “¡Ya era hora!”. “Y estamos muy contentos de que haya venido”, prosiguió el alcalde de Ciudad Real, a lo que agregó el pintor tomellosero “Yo encantado”, además, “porque conocía a Manuel López-Villaseñor, me llevaba muy bien con él y hablamos mucho. Era mayor que yo pero nos tratamos mucho. Coincidimos de profesores en la Escuela de Bellas Artes en Madrid, pero ya antes le conocía porque era amigo de mi tío”.
Antonio López, uno de los artistas vivos más cotizados de España si no el que más, participa por primera vez este sábado como jurado de la trigésimo segunda edición del Premio de Artes Plásticas del Villaseñor y no lo ha hecho previamente porque “no me han llamado antes” porque si no hubiera estado “encantado” de venir como ha hecho en otros certámenes como en Albacete y Valdepeñas.
Sobre si le gustaría que desde instituciones como el Gobierno regional se pudiera realizar una gran exposición de su obra, también indicó que “nunca me lo han pedido”. Si se lo pidieran, “yo vería a ver, primero me la tienen que pedir”.

“A mí, a veces, me ha sorprendido que no me llamaran para nada”, agregó el artista, que aseguró que “La Mancha es lo que más me emociona pero vivo en Madrid, mi vida ha transcurrido en Madrid como aprendizaje de la pintura y como lucha por sobrevivir”. No obstante, “estoy muy cerca de la Mancha, tengo una casa en Tomelloso, la he tenido siempre y he pintado en Tomelloso, he dibujado. Mi mujer también. Claro que sí”.
“Me siento muy manchego y amo muchísimo esta tierra, lo que pasa es que, bueno, si tienes que irte de ella, te vas. La gente sale de África y se viene para acá, vas buscando trabajo, vas donde te den trabajo. Si te lo dan en Madrid, te vas a Madrid”.

Cañizares, acompañado del concejal de Cultura, Pedro Lozano, señaló que “queremos hablar con Antonio” y éste es “un primer día de contar con él”. “No hay prisa”, comentó el artista, a lo que el alcalde añadió “nosotros más que prisa tenemos ganas” de contar con su presencia.
Sobre la posibilidad de la llegada de una nueva obra suya, dijo el pintor “Ya se irá viendo, no depende de mí. Pedidla. Es mi profesión. De todas maneras, aquí hay tres trabajos que regalamos: uno mi tío, otro mi mujer y otro yo para un museo de Toledo que después ha pasado a Ciudad Real”, en relación con la colección de Bellas Artes que se exhibe en el antiguo Convento de la Merced.

En cuanto a qué se siente siendo el artista más cotizado de España, dijo: “Eso no es así, pero aunque lo fuera no tendría tanta importancia porque eso no lo decide Dios, lo deciden las personas, se pueden equivocar, no te puedes fiar del todo”.
A su juicio, se supone que perdura “el arte bueno pero no siempre” y sobre lo que persigue en su producción comentó que “es una búsqueda difícil, larga. Yo empecé a los 13 años de la mano de mi tío, después fui a Madrid, del 50 al 55, a hacer los estudios y me quedé allí y sigues aprendiendo, nunca dejas de aprender. Qué es lo que buscas, buscas expresarte. Tú sientes dentro de ti cosas, emociones y quieres transmitirlas, si has elegido la pintura, con la pintura. Se trata de eso, hay muchas formas de hacerlo, tantas que lo complicado es saber cuál es la tuya”.

Respecto a su participación como jurado, más que suponer una gran responsabilidad, ya que como en este caso se reparte entre cinco miembros, sí supone para él “mucho placer. A mí me gusta ver estas obras porque son pintores que generalmente no conoces, no ves sus exposiciones y son los jóvenes. A mí eso me parece muy interesante”.
Con 87 años, Antonio López nunca ha renunciado a trabajar. “Por qué voy a renunciar. Yo lo puedo hacer. Me da la vida, me llena el día, qué haces si no trabajas”.
«En una nube»
“Súper emocionado, como en una nube”, aseguró sentirse Lozano con la presencia de Antonio López, quien “desprende una energía positiva que te sitúa en otro plano espiritual”.
Es “indiscutible” como referencia artística para todos de este tiempo, del siglo XX y XXI”. “Cuando me acerco a su obra en directo es como una auténtica sinfonía de perfección, ver esos matices y técnica que están muy por encima de lo natural. Tiene una carga espiritual que no es normal”. “El hiperrealismo es indiscutible como término pero en su pintura hay una especie de magia muy superior a lo que vemos en otras obras o en fotografías”.