Por la dificultad añadida de condensar en poco tiempo lo que se quiere transmitir, además de por la frescura e independencia que suelen caracterizar a los trabajos realizados en este formato, el cortometraje es una de las opciones preferidas tanto por muchos realizadores y actores como por un amplio público que disfruta de propuestas, más breves en duración que los medio o largometrajes, pero repletas de libertad, intensidad y creatividad.
En “divulgar la cultura del cortometraje”, máxima del Festival Corto Ciudad Real, ha trabajado este encuentro con el Séptimo Arte que alcanza en 2018 su vigésima edición con “entusiasmo e ilusión” porque “hay muchas ganas de seguir superándose” y existe una amplia trayectoria pero también “mucho recorrido por delante”, comentan Blanca Sáenz y Pepa Gómez, monitoras de Imagen y Sonido en la Concejalía de Juventud y coordinadoras de una consolidada y relevante cita dentro del circuito de Festivales de Cortometrajes del país.
La actriz Rosario Pardo, conocida -entre otros muchos papeles- por su interpretación de Nieves en la serie ‘Cuéntame’, será madrina del 20º Festival Corto Ciudad Real que, tras conceder el pasado año una mención al mejor trabajo dirigido por una mujer, instaura en esta nueva edición la concesión del Premio Especial a la Mejor Directora, dotado de 500 euros.
El incremento de la cuantía del Premio al Mejor Corto de Ficción, que pasa de 1.000 a 1.500 euros, es otra de las novedades del Festival, cuyos responsables presentarán este sábado 3 de febrero la obra ganadora del Concurso de Carteles para anunciar la vigésima edición, al que se presentaron 34 trabajos y en el que podían participar no sólo alumnos de la Escuela de Arte Pedro Almodóvar -como en los dos años anteriores-, sino también ex alumnos y autores locales. El conjunto de las artísticas propuestas se exhibirán en una muestra durante la celebración del 18 al 23 de junio del Festival y también se presentará este sábado, junto a la obra ganadora del Concurso, un spot promocional del evento ‘estrella’ del Departamento de Imagen de la Concejalía de Juventud.
Como Festival de Vídeo Joven, sin incluir proyecciones y una participación sólo abierta a menores de 32 años, nació en 1994 en el Centro de Nuevas Tecnologías este certamen que ha ido evolucionando conforme lo han hecho las demandas de la sociedad, la implicación institucional y el avance tecnológico. “Antes era mucho más complicado el acceso a la tecnología” y a lo largo de este período se ha producido una “democratización en el acceso a cámaras y soportes de grabación para contar historias”, expone Sáenz, que indica que si en la primera edición se presentaron 27 obras en la décimo novena concurrieron 664 trabajos. Otra evolución importante es la del propio ámbito de participación ya que empezó con cortos nacionales y locales y ahora prácticamente un tercio de los trabajos llegan de Europa y Latinoamérica, agregan Sáenz y Gómez, que también aprecian el incremento en calidad y cantidad de las obras de autores locales.
En el año 1999, comenzó a denominarse Festival de Vídeo de Ciudad Real, ya que se abrió a autores de todas las edades, sin olvidar distinguir a los jóvenes autores con la concesión del Premio al Mejor Corto dirigido por un creador menor de 35 años; se empezaron a hacer proyecciones abiertas al público y se creó una modalidad nueva, la de Vídeocreación, que más tarde se llamó Vídeoarte y que actualmente no se convoca. También en el 99, se estableció el característico trofeo de un gran ojo con cinco pestañas, ideado por Sáenz, y en 2005 adquirió la actual denominación de Festival Corto Ciudad Real cuya trayectoria sufrió, “por decisión política” ante las dificultades económicas de la crisis, un “parón” de casi seis años desde 2010 para, con el actual equipo de Gobierno, “resurgir de las cenizas” y volver a celebrarse en 2016, ejercicio en el que festejó “la mayoría de edad” de su 18ª edición trasladando su celebración de noviembre al verano y convirtiéndose en un festival “de calle” con proyecciones al aire libre, complementadas con otras actividades como exposiciones, conciertos y acciones formativas, potenciando, así mismo, el talento local.
El patio del Villaseñor, el parque de Gasset y la zona exterior del Centro Joven son escenarios de las exhibiciones de la Sección No Oficial, para la que se eligen en torno a medio centenar de trabajos, mientras que la Oficial, con urnas para que vote el público, se proyecta en el Quijano, que alberga la gala final. Quince obras, cuatro por cada modalidad -Ficción, Documental y Animación- más tres locales, conforman la Sección Oficial y optan a los premios. En concreto, se conceden galardones al Mejor Corto de Ficción, Documental y de Animación, al Mejor Corto Local, al Mejor Joven Realizador, el Premio del Público a la obra no local más votada por los espectadores y el nuevo Especial a la Mejor Directora, además de una Mención Local del Público, sin dotación económica pero con trofeo.
Todos los finalistas, a los que también se les facilita el hotel, reciben 300 euros para sufragar los gastos de desplazamiento de manera que puedan asistir a la proyección de su obra en un Festival en el que destaca la pluralidad temática y de estilos tanto de los cortos finalistas como de los que se exhiben sin optar a premio. En su apuesta por el formato del cortometraje, prometedores realizadores y directores con una relevante carrera, por el ciudarrealeño Festival han pasado creadores como Alberto Rodríguez, José Mari Goenaga, Esteban Crespo, Gustavo Salmerón y Ramón Salazar, así como autores locales como, entre otros, Fran Gil-Ortega, Daniel Chamorro, José Luis Matas-Negrete, Miguel Ángel Maroto y Conrado Escudero.
Aunque “el parón de casi seis años se notó mucho y fue difícil volver a ponerlo en marcha”, se ha recuperado la energía en torno al Festival que sigue “con la ilusión de seguir creciendo” y “año tras año nos hemos ido superando un poquito más”, comenta la concejal de Juventud, Sara Martínez, que destaca que lo importante es “la ilusión y ganas de hacer cultura, de crear este espacio en Ciudad Real y que sea algo público y para todos”. Este entusiasmo y trabajo, a través de un certamen promovido por el Ayuntamiento, genera “una magia de cine y cortos que la gente disfruta y vamos viendo que cada año se va sumando más público”, al tiempo que se genera una mayor cultura cinematográfica, subraya Martínez, que indica que en esta 20ª edición se va a dar “un pasito más” en potenciar el crecimiento y proyección de este Festival.