Escuchando recitar poesía, nada ni nadie diría que Francisca Aguirre tiene 88 años. Su voz pausada, firme y llena de energía resonó en la noche del jueves en el Teatro Municipal transmitiendo sentimiento, emoción y dulzura a pesar de algunos de los desgarradores testimonios de su vida, de su historia hecha poesía.
Aguirre, nació en la época difícil la de la Guerra Civil y una postguerra que fue muy dura para todos pero especialmente para quienes sufrieron las represalias del régimen de Franco. Sus poemas son reflejo de esa parte de la historia. “Ineludible y constante vinculación a la memoria histórica”, explica su hija Guadalupe Grande, que acompañó a su madre en el escenario ilustrando sus poemas con fotografías, vídeos y collages de cuadros de su familia. Una poesía también escrita con vocación de cordialidad y de diálogo directo con el lector. “No escribe una poesía de podio”, Aguirre habla con el lector que tiene enfrente de tú a tú y así lo demostró en la noche del jueves.
La narradora y poeta hizo un recorrido durante casi una hora por su trayectoria poética con lecturas de poemas de ‘Ítaca’, ‘Nanas para dormir desperdicios’, ‘Historia de una anatomía’ e incluso de su último libro inédito. Fue un recital solo interrumpido por los aplausos del público que se dio cita en la tercera sesión del 33 Encuentro de Poesía Española. Francisca Aguirre finalizó su recital agradecida del cariño recibido y con el compromiso de volver.
El 33 Encuentro de Poesía Española finalizó este viernes con la poeta y editora Erika Martínez, que en 2009 obtuvo el premio de Poesía Joven de RNE con su primer poemario ‘Color carne’; su segundo poemario ‘El falso techo’ en 2013 fue escogido como uno de los cinco mejores poemarios del año por los críticos de El Cultural y fue nominado al Premio de la Crítica. Su último libro de poemas publicado en 2018 se titula ‘Chocar algo’.