“Fuera, vete de mi casa. Suéltame las manos. No soy más que una niña con los pies descalzos”, podría haber cantado, tarareando a Pablo López, Francisca de Pedraza, la primera mujer que logró, en 1624, ganar una demanda de separación de su maltratador y cuyo experiencia de terror la siguen viviendo varios siglos después muchas mujeres.
Ese miedo ante los insultos, humillaciones, palizas e incluso la posible muerte a manos del que debería ser o fue la idealizada pareja amada impregna, tanto con la trayectoria vital de la protagonista como con la proyección de testimonios de víctimas actuales de violencia de género, la producción ‘Francisca’ estrenada este lunes en el Teatro Municipal de Almagro.

Con dirección y dramaturgia de los puertollaneros Fredeswinda Gijón y Borja Rodríguez, la pieza recrea la vida de una mujer tan dura como valiente que, pese a recibir “más palos que una estera”, la connivencia social respecto al machismo y el maltrato dentro del hogar y las sucesivas denegaciones a su requerimiento de separación, siguió luchando por la libertad.
La actriz madrileña Carolina Lapausa, desde la sensibilidad de una niña-mujer a la que casan con alguien a quien apenas conoce y que busca aferrarse a la esperanza, simbolizada en la obra en el mar con el que sueña, brilla en su interpretación de Francisca.
No se queda atrás el actor valdepeñero Manuel Moya como Jerónimo de Jaras, especialmente cuando saca al Jack Nicholson de ‘El Resplandor’, en su papel, consentido socialmente, de temible psicópata desgraciando cualquier atisbo de felicidad dentro del hogar.
También Anabel Maurín, residente en Puertollano, cumple con alto nivel su interpretación como monja, tierna, práctica y hasta consentidora siguiendo los cánones sociales, y la puertollanera Esther Acevedo el de bordadora en un divertido encuentro entre costureras en el que desvelan el furor, unas más que otras, con el que vivieron sus noches nupciales, siendo para Francisca el comienzo de la pesadilla.

Conmueve la desazón permanente en la que se halla la protagonista, sobre si huir, tomarse la justicia por su mano o quedarse en un hogar-cárcel al no poder escapar dejando atrás a sus hijos, representada con redes de pescadores que se anudan a los pies de una mujer que anhela lo bueno, sencillo y hermoso en un entorno mezquino y despiadado.
Sólo después de una paliza en la calle estando embarazada, vista por todo el mundo y que le ocasiona el desprendimiento del feto, tras varias sentencias en las que se la conminaba a volver a los ‘amorosos’ brazos de su agresor, consigue ganar la demanda de separación, liberación en la que fueron esenciales los testimonios de otras personas ante las atrocidades que padecía, por lo que Francisca insta a todos, al culminar la obra, a ‘sed testigos’ y no quedarse callados ante la violencia de género.

La consejera de Igualdad, Blanca Fernández, que aseguró haberse “emocionado” con la obra, asistió al estreno de ‘Francisca’, junto a la viceconsejera de Cultura, Ana Muñoz. También a la puesta de largo de esta producción de la daimieleña Producciones 099, con música interpretada en directo por la guitarrista puertollanera Silvia Nogales, acudieron el concejal de Cultura de Ciudad Real, Nacho Sánchez, y la delegada de Igualdad, Manoli Nieto.