Europa Press
Madrid
El galerista Guillermo de Osma publica 'Fortuny' (Nerea), un libro que recupera la memoria del polifacético artista Mariano Fortuny y Madrazo, figura hacia quien «existe una dejadez» en España que «una vez más, no es generosa con sus hijos».
«Fortuny es un artista que ha tenido mucho más recorrido fuera de España que aquí. También es cierto que, cuando eres un creador que haces tantas cosas, no es nada fácil ser reconocido», ha explicado De Osma. 'Fortuny' es una reedición para España –también saldrá de nuevo en otros mercados– tras ser publicado en los años 80 en Estados Unidos por Rizzoli.
Nacido en una familia de artistas, el padre de Fortuny falleció a los tres años y la familia decide trasladarse primero a París y luego a Venecia. «Su madre ya decía en una carta a su hermana que París es una ciudad imposible y que quería estar en otro sitio más tranquilo», explica De Osma para justificar la llegada de los Fortuny y Madrazo al legendario Palacio Pesaro degli Orfei.
La ciudad italiana tendrá «una influencia enorme» en la labor del artista, en especial por su relación con Oriente que inspiró varios de sus trajes. Fortuny trabajó para la iluminación en artes escénicas, realizó ilustraciones de temas inspirados en Wagner o Shakespeare o dibujó a mujeres en un halo teatral y simbólico.
Pero una de sus verdaderas especialidades y por la que fue más conocido este artista es por sus creaciones en el mundo de la moda y la mítica 'túnica Delphos' –citada en la obra de Proust 'En busca del tiempo perdido', inspirada en la estatua de bronce 'El áuriga de Delfos'. También probó suerte en el diseño textil, con nuevas técnicas de procesos de tintado y estampación de las telas.
Preguntado sobre el debate abierto de si la moda es arte, De Osma ha asegurado no tener una postura cerrada, si bien el caso de Fortuny es «bastante claro». «Él hacía trajes pensando en que fueran obras de arte, no era un modisto al uso, porque no sigue los ciclos de las modas, ni hace desfiles, ni los presenta…», ha aclarado.
Orson Welles, Man Ray, Isadora Duncan…
En su época, el artista recibió el apoyo de personalidades importantes como la bailarina Isadora Duncan, el fotógrafo Man Ray o del director y actor Orson Welles, quien llegó a personarse en el palacio veneciano de Fortuny para pedirle que le cediera algunas obras para su pieza teatral 'Otelo'.
«Eran trajes muy revolucionarios y había que tener mucha personalidad para llevarlos», ha recordado el galerista. Tras años de olvido a su muerte en el año 1949 –el palacio veneciano, que aún se conserva hoy como el único atelier de artista de la ciudad, «estaba abandonado» hace años–, su figura tuvo un resurgir en los años 70.
La revisión de Guillermo de Osma
Actrices como la estadounidense Marisa Berenson o Geraldine Chaplin apostaron por recuperar sus vestidos, que hoy en día solo pueden conseguirse en tiendas de anticuario, a pesar de que la fábrica Fortuny continúa trabajando telas en Venecia.
El propio De Osma ha confesado que no cuenta con piezas de Fortuny salvo un muestrario de colores del plisado, regalo de la representante americana del artista cuando ya había fallecido. En cualquier caso, la publicación de este libro continúa con la vocación de su galería de «revisión» del arte.
Respecto a la situación del arte en España, reconoce que «ser coleccionista es una cosa muy complicada», en especial sin una Ley de Mecenazgo. «Atraer a compradores también es una asignatura pendiente que no hemos sabido resolver ni la administración ni los galeristas. Queda mucho por hacer», ha concluido.
