Si en la muestra ‘Volar’ que exhibió en abril de 2022 en La Pajarería miraba al cielo, al vuelo de cigüeñas e insectos como mariposas y escarabajos, en esta ocasión propone temas más otoñales y mira al suelo. “Ahora nada vuela, la naturaleza está posada”.
Estructurada la muestra en tres partes, la primera, situada a la entrada de La Pajarería, está protagonizada por hojas, entre otras, de roble, malva, encina y morera. En total, son siete hojas de las que cinco son acuarelas, una un pequeño óleo y en otra exhibe hojas de cerámica con bellotas.
A la vuelta, en el siguiente lienzo de pared, se halla la segunda parte de la exposición dedicada a las mariposas. En tres cuadros, basados en fotos de Justo Torres, representa a la misma lepidóptera sobre una ramita de hinojo: como oruga, capullo y ya mariposa, denominándose las obras ‘República I, II y III’ ya que el huevo de la oruga eclosionó el Día de la República.
A este tríptico, le acompañan otras tres mariposas, siguiendo el característico estilo de sus acuarelas de “fondos muy blancos, espacios muy vacíos para que llame la atención y el entorno no distorsione lo que estás viendo”.
En cuanto a la tercera parte de la exposición, ubicada al fondo de La Pajarería, está habitada por grullas del Valle de Alcudia y de Teruel, pintadas a partir de instantáneas de distintos fotógrafos, culminando la muestra con un cuadro pequeño de una flor de jara que “nos representa a todos los manchegos”.
Integrada por dieciséis acuarelas, una de cerámica vidriada y un óleo, la exposición ‘nza.’ se puede presenciar a lo largo de todo el mes de septiembre. Supone el regreso de Dorado a La Pajarería, donde ‘volaron’ casi todas las obras de su anterior muestra ‘Volar’. Hasta dieciséis cigüeñas vendió. Fue “un exitazo brutal, un subidón de ego”.
Lo mismo le ocurrió con su exposición sobre castilletes de minas de Puertollano que realizó en octubre de 2023 en el Café-Bar Cultural Macondo de la ciudad minera, donde vendió nueve de las once acuarelas que expuso.