Las dos series que conforman la muestra, realizadas ambas en 2023, comparten el título de Alxén, término topográfico que corresponde a una minúscula localidad gallega a la que Jacinto Lara ha trasladado recientemente su taller.
La comparecencia de Jacinto Lara, artista de larga trayectoria, en la galería que dirige Norberto Dotor, uno de los galeristas más veteranos de España, supone para ambos saldar “esa deuda pendiente” que arrastraban desde hace décadas de amistad y cumplir así el deseo compartido de poder mostrar los trabajos en una exposición individual en la histórica galería de Almagro.
En estos trabajos recientes, pinturas y collages sobre papel, Jacinto Lara ahonda en la poética del haiku, locución habitual en su plástica desde bien atrás, en ocasiones ligada a la pintura, otras veces a la escultura e indistintamente a una y otra. Son diecisiete cuadros que remiten a las diecisiete sílabas de las estrofas del breve poema y que, en palabras de Ángel L. Pérez Villén, revelan, al igual que los versos, “una concisión extrema en lo que se refiere a su formalización, reduciendo el artificio de la representación a la mínima expresión pero dispersando su recepción al máximo”.
Basándose en esta estructura clásica del poema, Jacinto Lara interviene desde la pintura “desdoblándolo en dos movimientos, dos momentos que hilvanan un minúsculo desfase, dos impresiones o dos visiones de un episodio fractal. Una próxima o inmediata y otra más lejana que se detiene en lo que podríamos denominar el motivo -el tema de esta serie- metáfora geométrica de las últimas entregas de su pintura”.
En el catálogo editado con motivo de la muestra, el comisario y crítico de arte, Ángel Luis Pérez Villén, quien conoce como nadie los caminos por los que, desde hace años, transita la obra de Jacinto Lara, advierte en estos trabajos una inflexión, “un nuevo horizonte”, un nuevo paso adelante en el que la pintura de Jacinto Lara “deja atrás una de sus constantes -la linealidad de los planos- y se arriba a la experiencia de la curva, al feraz dominio de lo orgánico”.
De esta manera, la curva, este nuevo elemento, extraño hasta ahora en la producción de Jacinto Lara, desencadena cambios notables en la composición generando connotaciones que apuntan a aspectos más sensuales, orgánicos y musicales pero también más dramáticos.
La serie Alxén se completa con una decena de collages en la que Lara articula una estrategia similar a la de las piezas pictóricas lineales. Una colección de papeles que goza, según Pérez Villén, “de una delicadeza y acendrada exquisitez, tanto en la elección de los materiales como en la pulcritud de la ejecución” y denota “un grado de madurez plástica que contribuye a considerarlos como una propuesta no menor sino complementaria a las pinturas hermanas”.