“Es el tiempo de reivindicar la memoria de todos”. Son las palabras del historiador Juan Carlos Buitrago, autor ‘Crónica de un fracaso. La revolución de octubre de 1934 en Ciudad Real’ y ‘De la A a la Z. Los protagonistas de una larga Guerra Civil. Ciudad Real 1936-1944’, que ha ofrecido este lunes por la tarde en el marco de la Feria del Libro de la capital una charla sobre la conflictividad política social en los años 30 y 40.
Bajo el título ‘Ciudad Real en los convulsos años 1934-1944’, Buitrago ha defendido la recuperación de la memoria, de uno y otro bando, en esta pequeña ciudad que apenas tenía 20.000 habitantes en la época, y donde los sucesos que ocurrieron desde la sublevación militar de julio de 1936 crearon “rencillas” que casi han perdurado hasta hoy en día. En esos años, 144 personas murieron por razones políticas en la capital asesinadas por las fuerzas de la República y 180 a manos de la dictadura Franquista. Lo que está claro, para Buitrago, es que «esta represión nunca se hubiera producido sin el golpe de Estado y sin la guerra».
De la revolución de octubre a la redada de la Casa de los Corcheros
La revolución de octubre de 1934 ha dado paso a un recorrido histórico que ha pasado por acontecimientos tan señalados como los ocurridos en Abenójar, tildada ‘La Asturias de La Mancha’, o la redada de la Casa de los Corcheros, donde se reunieron un grupo de falangistas para escuchar el 17 de julio de 1936 la evolución del golpe de estado militar. En aquel momento, ha señalado el escritor, las fuerzas de izquierda “trataron de poner en un brete al Gobierno de derechas”, capitaneado por la CEDA.

Eso sí, en Ciudad Real no fueron más que “algaradas callejeras” que acabaron en fracaso y en una profunda represión, con condenas a prisión de más de 20 años. Juan Carlos Buitrago ha contado que trajeron a la capital dinamita de Almadén y que fabricaron bombas en los talleres del Ayuntamiento. El ambiente “era un tanto novelesco”, ha reconocido el autor.
El intento fallido de mantener “la legalidad republicana”
En las elecciones de 1936, el Frente Popular, paraguas que unió a toda la izquierda, triunfó. Pronto los condenados de la revolución de 1934 fueron amnistiados, los “hombres de acción” de la izquierda y la derecha se empezaron a enfrentar en la calle y se creó el caldo de cultivo para la conspiración militar. En Ciudad Real tenía difícil para triunfar, pues no había grandes contingencias militares, el apoyo de la Guardia Civil no se consiguió y los líderes de la derecha emigraron hacia provincias con más respaldo.
Pese a que Ciudad Real fue “una de las ciudades donde la milicia se hico antes con las armas” y a pesar de que la redada en la Casa de los Corcheros se saldó con un muerto, tras un tiroteo, Juan Carlos Buitrago ha advertido que en la capital desde el inicio de la sublevación militar las autoridades trataron de mantener “la legalidad republicana”. Así lo consiguieron hasta agosto, cuando la izquierda empezó a radicalizarse. En los próximos meses fueron fusiladas 140 personas, entre ellos, los policías y jueces que tomaron parte en las condenas de la revolución de octubre.
En marzo de 1939 cayó Ciudad Real ante el bando nacional, de hecho, todavía se pueden ver los impactos de bala en las rejas del Palacio Episcopal donde se refugiaron los marxistas, y de nuevo sobrevino la represión. En la capital, el Franquismo ajustició a más de 180 personas, no solo personas que protagonizaron los delitos del “terror rojo”, sino a cualquier sospechoso de ser de izquierdas o de haber tenido relación con la República. El último fusilamiento fue en 1944, aunque hasta los años 50 se habla de “la larga Guerra Civil”.
Entre el público, que ha acudido a los bajos del Ayuntamiento a escuchar la charla, ha estado el concejal de Cultura de Ciudad Real, Pedro Lozano.