“Vender mejor cómo vivimos y lo bueno que tenemos”. Algo que, inesperadamente, volvió a ponerse en cierto modo en valor durante la pandemia, donde bastantes regresaron al ‘olvidado’ pueblo o entorno rural huyendo de riesgos y limitaciones, descongestionando la gran urbe y dando, precisamente, oxígeno con la presencia de más personas a zonas escasamente pobladas.
Esta visibilidad de los beneficios que reporta residir en pequeños núcleos de población es una de las claves para que más personas opten por desarrollar sus proyectos de vida en enclaves que no tienen que ser grandes ciudades, según se indicó este miércoles en la mesa redonda de conclusiones del ciclo ‘La España Posible’ celebrado en Torralba de Calatrava.
La educación y la cultura, como palancas de desarrollo, son esenciales para evitar que se extienda el vacío en un territorio escasamente poblado, favoreciendo con ello la puesta en valor del patrimonio, elementos identitarios y las posibilidades de realización profesional de los jóvenes.
Moderada la mesa redonda por María Teresa González, de la Asociación de Amigos del Patio de Comedias de Torralba organizadora del ciclo de conferencias ‘La España Posible’ sobre el fenómeno de la despoblación, contó el encuentro con la participación de Francisco Rodríguez San José, alcalde de la localidad vallisoletana de Urueña, el único municipio del país con “más librerías que bares”. En este pueblo, con menos de doscientos habitantes de los que apenas cien duermen cada día en la localidad y que recibe al año 50.000 turistas, se rehabilitó una casa solariega para crear el Centro Etnográfico de Joaquín Díaz y Luis Delgado impulsó el Museo de la Música con una exquisita muestra de su colección de instrumentos, atrayendo a profesionales de diversos ámbitos de la cultura que rehabilitaron viviendas en un entorno que en su proyecto turístico-cultural, con el apoyo de la Diputación de Valladolid, cuenta actualmente con nueve librerías especializadas, entre otros campos, en viajes, cine y cuentos, sin olvidar una librería de viejo, un taller de encuadernación y otro de caligrafía, además de la librería ‘Caraván’ con una trayectoria de actividad de cerca un cuarto de siglo. “La cultura nos ha servido para mantener la población”, destacó el primer edil de Urueña, consciente también de la importancia de sostener prestaciones como el colegio que actualmente sólo tiene cinco alumnos y la dinamización de actividades en el Centro Social.
Coincidió en ello la alcaldesa de la localidad oscense de Esplús, Tania Solans Raluy, que resaltó cómo en este municipio se han impulsado políticas de conciliación como la escuela infantil y el comedor escolar, con épocas con un escaso número de niños que afortunadamente ha ido creciendo; el servicio de ludoteca, un taxi gratuito para que las personas mayores puedan trasladarse para recibir una asistencia médica adecuada y actividades ideadas para la Tercera Edad; así como una apuesta decidida por el asociacionismo con factores de identidad como puede ser la jota aragonesa, lo cual empodera al pueblo que se siente orgulloso de sus raíces; y la puesta en marcha de nuevas iniciativas como la que llevó a cabo una asociación deportiva que construyó un circuito de autocross e impulsó un Campeonato de España que ya va por su sexta edición con la participación de corredores tanto españoles como de otros países.
La creación de una bolsa de vivienda, lo que activó tanto la rehabilitación como la nueva construcción, y el desarrollo de actividades culturales en el Centro Social son otras de las apuestas de esta localidad, cuya primer edil destacó cómo el reparto de fondos por parte de la Diputación de Huesca primando a los pequeños municipios ha beneficiado en su calidad de vida a Esplús, al tiempo que abogó por “legislar desde la ruralidad”, teniendo en cuenta las necesidades y características de los pueblos para garantizar la igualdad de oportunidades.
También intervino en la mesa redonda Carlos Corella, gerente de la Asociación para el Desarrollo del Campo de Calatrava, proyecto de más de dos décadas y compartido por una quincena de municipios. La cultura, el teatro y la agroalimentación, con productos como la berenjena y el aceite y el vino de territorio volcánico, son ejes de la actividad de este grupo de municipios que trabajan en favor de la colectividad comarcal. Corella resaltó la eficacia de la puesta en marcha de estrategias de desarrollo del entorno, como ha hecho Urueña con el libro como pilar esencial, e, incidiendo en cómo actualmente las conexiones están pensadas para enlazar las localidades con la capital y todas ellas con Madrid, abogó por una nueva ordenación del territorio, también en las comunicaciones, y una tercera descentralización hacia las comarcas.
El relevante papel del asociacionismo, esencial para dar vida a los pueblos, generar estímulos de pertenencia y desarrollar una masa crítica que permita acometer transformaciones, fue destacado, así mismo, en un encuentro en el que Jesús Espinosa, técnico de Recursos Humanos, narró cómo, tras formarse en Madrid, decidió regresar a Torralba desempeñando desde casa su labor profesional. El teletrabajo y modelos híbridos de presencialidad y trabajo a distancia pueden ayudar a que más jóvenes puedan residir en zonas rurales, para lo que se requiere de la involucración y respaldo de las administraciones y empresas, apuntó Espinosa, que a la demanda de una buena conectividad en el medio rural añadió la necesidad de favorecer el aprendizaje de habilidades digitales a la población, sobre todo mayor, de estos entornos.
El encuentro contó además con la intervención de la presidenta de los Amigos del Patio de Comedias, María Antonia Murcia, que hizo un resumen de las aportaciones realizadas a lo largo del ciclo de ‘La España Posible’ por parte de los escritores Julio Llamazares, Antonio Basanta, Rafael Cabanillas, Félix Pillet y Denis Escudero.