“La farmacia de A. Chéjov”, es un espectáculo. Un hombre sobre un escenario que demuestra nuevamente lo grande que es el teatro. Lo grandes que son personas como Ángel Simón, un hombre de teatro, que vive por y para su profesión. Raramente disfrutaremos de algo así.
El espectáculo consta de dos partes. La primera: narrativa, poderosa y dominando el escenario, haciendo partícipes a los espectadores de una divertida y vengativa historia, seria y embaucadora; la segunda, radical y crítica, constructiva e inteligente, con el tabaco como tema a tratar y lo personal (exagerada ficción) como historia, hablando de los vicios y virtudes de la humanidad en un tono cómico que muestra las vergüenzas de la sociedad. Un texto maravilloso y una soberbia interpretación, gracias a un estrecho vínculo que Ángel Simón crea con todo espectador.
El espectador estuvo en el Cafetín atento, pendiente de las palabras, los gestos y los ritmos de Ángel Simón. Todo un placer. Gracias.