No sabe cómo será el futuro, pero “seguro que va a ser superinteresante. Aburrido no va a ser”, augura Antonio Gómez, profesor de Tecnología del Ies Maestro Juan de Ávila, que impartió este martes en el antiguo Convento de la Merced la charla-taller ‘La escuela del siglo XXI. Robótica e impresión 3D en educación’.
“Lo mismo que hoy en día cuando necesitas un documento lo buscas en internet, lo bajas e imprimes, en unos años es muy posible que en vez de ir a la tienda y comprar un repuesto optes por diseñarlo directamente e imprimirlo en 3D”, indicó Gómez, que consideró que puede que esta tecnología cambie algunos perfiles profesionales. En este sentido, expuso que “la figura del artesano podría volver a resurgir”, ya que “va a ser muy sencillo para cualquiera que sea suficientemente emprendedor dedicarse a diseñar objetos personalizados y comercializarlos, generándolos con las impresoras 3D”.
En su intervención, enmarcada en la Maratón de Ciencia organizada por el Museo de Ciudad Real y la Fundación Impulsa Castilla-La Mancha, explicó el papel que van a tener la impresión 3D y la robótica en la escuela del siglo XXI y cómo en el Juan de Ávila se están fabricando objetos que pueden servir como herramientas pedagógicas o elementos curriculares para muy diversas materias. Además de en asignaturas como Tecnología y Educación Plástica, la impresión 3D puede utilizarse de manera transversal en gran parte de los contenidos de Educación Secundaria e incluso Primaria, entrando en juego, por ejemplo, modelos geométricos, matrices y cálculo en Matemáticas; modelos de órganos humanos y animales en Biología o de distintos ejércitos en Historia. A todo ello, se suma el trabajo con idiomas porque para, por ejemplo, fabricar un robot se debe realizar una labor de investigación en internet que exige un dominio mínimo del inglés; y el desarrollo de las habilidades en lengua castellana y literatura para la documentación de los proyectos, comentó Gómez, que mostró la elaboración de piezas con plástico e indicó que se está investigando el uso, entre otras materias primas para la creación de artículos, de pellets, materiales elásticos e incluso chocolate para repostería, así como el uso de la impresión 3D para la carta de alimentación de los astronautas.
En el encuentro, mostró, así mismo, diversos robots que reaccionan por ultrasonido y luz, pueden medir distancias y posiciones, resuelven laberintos y detectan el contacto con la piel humana. También expuso parte del cuerpo de un androide y los chavales pudieron iniciarse en la programación de robots.