Alegre, explosivo, supergestual, a veces caricaturesco, a menudo acrobático y muy dinámico, aunque en ocasiones se ralenticen en su expresividad los movimientos, el lindy hop arquea las cejas, abre las pupilas, estira la comisura de los labios y pone los pies en movimiento con una descarga de optimismo que ensancha aceras y abre en dos los mares.
La compañía madrileña Bababop, encargada de abrir este viernes en la Puerta de Toledo la programación de ‘Octubre es Jazz’, dio muestras de esta energía que levanta a la persona más alicaída con el espectáculo ‘El salto’, en el que propuso un viaje hacia los orígenes de este baile y la música swing, que se remontan a los esclavos afroamericanos en Estados Unidos y que se popularizó como uno de los símbolos de los felices años 20 de la centuria pasada.
Si aquéllos 20 acabaron “mal” con el crack del 29, estos nuevos 20 del siglo XXI han comenzado fatal con la pandemia, de la que poco a poco se sale y que cuenta en este género artístico con una a veces muy necesaria dosis de positividad. Con escalas que recuerdan las canciones en las explotaciones algodoneras, pasajes que simbolizan el viaje y la ciudad, y píldoras informativas que describen el racismo, los progresos industriales, la evolución económica y la conquista de derechos sociales, el espectáculo ‘El Salto’ es “un chute de energía y aprendizaje en el presente sobre unos valores de una población que estuvo oprimida en el pasado y aun así se enfrentó a la realidad de una forma de la que creo que es interesante aprender hoy en día”, describió la bailarina Paola Morales.
Ocho lindy hoppers protagonizaron, incluido un concurso final por parejas desde Harlem con veredicto del público, el montaje en el que se mostraron diversas variantes surgidas de un baile que, siendo sumamente “energético y alegre, viene de mucho sufrimiento y dolor”. El objetivo es no perder de vista que “toda la felicidad” que se exhibe con este alentador baile “tiene un contexto de fondo bastante doloroso” y “cómo esas personas afroamericanas enfocaron la vida a pesar de ese dolor, lo que nos parece también un aprendizaje para la época presente”, subrayó.