Hay quien podría percibir la geometría de las manchas de color en las alas de una mariposa o la frágil perfección de las alas de una libélula, e incluso quien encontraría estructuras fantasiosas que le podrían recordar a las de los cuadros de El Bosco, con quien comparte dinamismo, el uso del color negro y la vivacidad del color.
Son innumerables las apreciaciones que puede motivar la pintura abstracta y “en ebullición” de Sacramento Almansa, en la que comparten encuadre lo expresamente buscado y muy trabajado con lo aleatorio en virtud de la propia naturaleza del material pictórico. Precisamente, el contraste entre lo líquido, que parece mantenerse en movimiento, y lo sólido, una vez secada la pintura, caracteriza a su obra, así como entre “el blanco y el negro, el día y la noche, la luz y la sombra, el caos y el orden”.
“Todo eso se combina y es donde está la síntesis de mi pintura”, expone el autor bolañego, que expone hasta el 7 de marzo en Artem una colección de 19 obras de fulgurante color, muy acorde con este tiempo en el que empieza a despertar la primavera y el inicio del Carnaval.
Con títulos que aluden a temas como la biología, botánica e incluso al poder, al reflejar “la esencia concentrada de muchas cosas”, todos los cuadros que integran la muestra están “muy trabajados, buscados y tienen una gran intensidad” conformando una propuesta plástica “muy coherente”, asegura Almansa, que recomienda al presenciar sus cuadros “dejarse llevar por la pintura que es color y forma”.