En torno a medio centenar de alumnos del Conservatorio Profesional de Danza José Granero de Puertollano subieron el telón en la Puerta de Toledo con la sucesión de seis piezas breves, la primera la neobarroca ‘Hybris Hemesis & Catharsis’ a partir de la música de Bach; dando paso a otras cinco de danza contemporánea como ‘Je m’aime’ sobre amores y desamores; ‘Stranger’ sobre las emociones de una ruptura; y ‘Tanzwerkstatt’ creada a partir de la investigación de un trabajo en proceso; así como ‘Atadas’ sobre las dificultades que encuentran a diario diez almas; y, para finalizar, el solo ‘Everything that may be special en me… it’s you’ de la alumna Ana Cerro a partir de ‘Grandes esperanzas’ de Charles Dickens.

Una gran ovación se llevaron los alumnos del Conservatorio, cuyo director, Francisco Arnés, consideró “todo un acierto” la celebración de este Festival. “Participamos desde la primera edición y seguiremos en todas las que nos inviten porque es una suerte que esté en Ciudad Real”.

Tomó el testigo el dúo No Bautizados, integrado por el chileno Ronaldo Salamé y la ucraniana Kateryna Humenyuk, con la pieza ‘Lo invisible’, en la que representaron externamente la lucha interna de las dos partes, la masculina y femenina, de una misma persona que quiere llegar a un lugar o ser algo mientras que su otra parte no le permite hacerlo. Pelean durante toda la obra, transmitiendo al final que “por mucho que luchemos a la postre tenemos que unirnos para poder continuar el viaje. Tenemos que estar de acuerdo y en paz con nosotros mismos”, comentó Kateryna, quien interpreta la parte fuerte, la de quien lleva y toma las decisiones, mientras Ronaldo recrea más la parte perdida, de dejarse llevar o estar asustado.

Danza contemporánea y teatro gestual combinaron esta compañía creada por dos personas procedentes de puntos muy diferentes que se encontraron en Madrid, donde sus cuerpos decidieron “congeniar” para crear esta pieza a partir de improvisaciones.

La siguiente propuesta llegó de la mano del Colectif Troïka, trío integrado por Léa Delaporte, Léa Misseri y Melinda Espinoza, que fusionó danza contemporánea, acrobacia, canto y teatro en ‘See-saw’, sobre la competitividad y lo que estamos dispuestos a hacer para conseguir el objetivo sin importar el otro, incluida la violencia que a gran escala lleva a la guerra.

El broche final de la jornada inaugural del Festival lo pusieron veinticuatro profesores y alumnos, ataviados de blanco y colores tierra y de edades entre los 12 y 42 años, de la Academia Musicaula con la pieza ‘Bring me to life’, basada en ‘Los Juegos del Hambre’, en la que mostraron diferentes sentimientos como los de miedo, inestabilidad, tristeza, angustia, rabia, furia y valentía, culminando con una explosiva coreografía con música de Evanescence.

El concejal de Cultura, Pedro Lozano, estimó como “fundamental” mantener este festival de danza contemporánea y que todas las disciplinas artísticas estén presentes en la ciudad. Este año se ha condensado en cuatro días y buscado mantener la calidad de las ediciones anteriores compaginando atractivos espectáculos llegados desde fuera con las creaciones de los centros formativos y academias, expuso.

Entre los asistentes, estuvo Javier Mosquera de la Vega, de ‘Buzón de baile’ de Radio 3, que valoró que este festival se mantenga “haya el equipo de Gobierno que haya, porque la cultura va en favor de la ciudadanía”. “La danza es la expresión máxima. Con el lenguaje del cuerpo y su movimiento lo cuentas todo”, apuntó Mosquera, para quien el de Ciudad Real es un festival que “descentraliza la cultura, crea nuevos públicos, abre la mente y aprovecha las sinergias propiciando la presencia de compañías profesionales y academias de la zona”.