Siempre es un placer regresar al museo de José Andrés López Vázquez. Además de la amabilidad y la paciencia del anfitrión, se trata de un lugar único en el que se respira y se palpa la historia de los dos últimos siglos de nuestra ciudad. El motivo de la visita del periodista es el Centenario de Francisco García Pavón, nuestro coleccionista atesora dos archivadores repletos de recortes periodísticos, documentos y curiosidades sobre el escritor.
Nos encontramos con “Paulina y Gumersindo”, el entrañable relato del tomellosero, que fue publicado en el ABC. Además de en Lanza, diario en el que García Pavón publicaba regularmente, el padre de Plinio también escribió mucho para la revista Albores, me cuenta José Andrés. En la carpeta que hojeamos (que hojarasqueamos) hay volantes de las jornadas culturales que organizó García Pavón en el Casino de Tomelloso, un prospecto de la publicación del libro “Tres estudios manchegos”, que ha sido reeditado con motivo del centenario de su autor , una copia de su nombramiento como bibliotecario o la crónica de su boda en el diario Lanza.
—Espera, que te voy a traer un verdadero tesoro, —me avisa José Andrés.
Y aparece con un calendario publicitario del año 1924 de El Infierno, fábrica de muebles; la carpintería del abuelo de Francisco García Pavón. La industria estaba en la actual calle del Pintor Francisco Carretero y, según cuentan, fue la primera de Tomelloso que se movió mediante un ingenio de vapor. El ruido y el humo de la caldera propiciaron que los viandantes aseguraran que la carpintería parecía “el infierno”, por lo que Luis García le encasquetó ese nombre a la ebanistería y la calle, por extensión, acabó siendo conocida de ese modo. Menuda calle, en un esquina (la de independencia) vivió Francisco Carretero, en la otra (la de Doña Crisanta) Antonio López Torres y en el centro, la carpintería de la familia de García Pavón.
El premio Nadal tiene un amplísimo lugar en la colección, como no podría ser de otra forma. Por supuesto, los recurrentes artículos de Pavón en Lanza. José Andrés recuerda a García Pavón de bibliotecario, “en una o dos ocasiones me dejó sacar algún tomo de una enciclopedia, algo que era poco habitual”.
La serie de televisión, sus viajes, el teatro, entrevistas… hasta su muerte. El óbito de García Pavón, en 1989, tuvo una amplia repercusión en los medios, no solo locales y provinciales. Las carpetas contienen infinidad de artículos escritos para Lanza.
Para nuestro interlocutor, Francisco García Pavón era un liberal por encima de todo. “Era una persona extraordinaria. Tuve la suerte de tratar mucho con él porque yo era muy amigo de Javier Soubriet, que era pariente suyo. Era un hombre muy abierto, muy ameno, un poco retraído, le gusta más escuchar que hablar, pero muy buena persona”.
En la segunda carpeta están los acontecimientos más recientes, los homenajes, los actos en su honor, las presentaciones de libros que tiene que ver con Pavón (José Andrés guarda el cartel de la presentación del libro de Rubén José Pérez “El Tomelloso literario. Una profecía autocumplida”) y las recientes noticias y artículos del Centenario de Francisco García Pavón.