Basado en el popular cuento infantil ‘La ovejita que vino a cenar’, del autor Steve Smallman, es una divertida historia que encanta a grandes y pequeños por su originalidad, ternura y gran sentido del humor. Un precioso canto a la amistad y el amor, a la necesidad de cuidar y ser cuidados, un recordatorio de que la soledad es un sentimiento muy duro y que el amor es capaz de vencer muchas dificultades que se presenten en el camino.
En la obra, el viejo Lobo Gustavo tiene mucha hambre, pero en la casita en la que vive sólo en el bosque sólo hay sopa de verduras. ‘¡Otra vez sopa de verduras!’, musita hambriento el protagonista cuando, de pronto. llega una tierna y sabrosa ovejita…
‘¡Mmmm!’, el lobo Gustavo está deseando comérsela pero, antes de convertirla en ese estofado tan rico con el que lleva tiempo soñando, tendrá que asegurarse de que la ovejita se siente bien… Sería muy malo para su estómago comerse una ovejita que tiene frío, hambre, hipo o sueño. Lo que Gustavo no sabe es que esta ovejita que acaba de entrar en su casa está a punto de hacerlo en su vida y en su corazón, expone la compañía.
Con escenografía de Jetish Budakova e Ismael Muela y marionetas de La Casica Puppets, Sara Luna es la actriz y manipuladora, además de responsable de la adaptación del texto.
El montaje se enmarca dentro de la programación del XXI Festival Internacional de Teatro Infantil ‘Hada 2024’ del Teatro de la Sensación.